Esta investigación comenzó cuando la patrulla que se encontraba de servicio recibió un aviso en el que una mujer solicitaba auxilio argumentando que estaba retenida contra su voluntad en un club de alterne, según ha informado el Instituto Armado en nota de prensa.
Una vez que los agentes de la Guardia Civil se personaron en el lugar, ella les informó de que ejercía la prostitución en ese lugar, del que no le permitían sacar sus cosas porque tenía una supuesta deuda con el propietario por lo que le retiró la llave de su habitación.
Ante la envergadura de estos hechos, la investigación se puso en manos de la Unidad Orgánica de Policía Judicial, concretamente del EMUME, sección especializada en investigar delitos sobre mujeres y menores, investigación que derivó en que se trataba de una víctima de explotación sexual.
Según relata la víctima a la Guardia Civil, era obligada a trabajar todos los días pudiendo descansar tan solo un día al mes, así mismo el propietario del club por cada día por alojamiento y manutención le cobraba 60 euros y además por consumo de cocaína otros 60 más se produjera este o no, por lo que acumulaba una deuda que ya no podía pagar.
Además de esto ella denuncia que era obligada a mantener relaciones sexuales con el propietario y con los amigos del vigilante de seguridad, debiendo aceptar debido a la intimidación, maltratos físicos y vejatorios por parte de los clientes.
Ante estos hechos se llevó a cabo la detención tanto del dueño del club de alterne como del vigilante de seguridad por un delito de prostitución y explotación sexual.