¿Por qué algunas personas siempre llegan tarde? Las claves para entenderlo, según los expertos
No, no es simple descortesía: existen factores sociales, psicológicos e, incluso, neurológicos, que explican por qué algunas personas siempre llegan tarde.
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Madrid | 06.09.2024 08:18
Es la historia de siempre: tienes una reunión a las 9:00 a.m. y, sin falta, alguien llega a las 9:15. No importa cuántas veces se les haya recordado la hora, siempre parece que el tiempo juega en su contra. A todos nos ha pasado estar en ambos lados de esta situación: a veces somos los que esperamos impacientes, mirando el reloj; otras, somos los que llegamos jadeando, con disculpas en la punta de la lengua.
Pero, ¿qué hay detrás de esta curiosa tendencia de algunas personas a llegar tarde una y otra vez? ¿Es simple desorganización, o hay algo más profundo que impulsa esta aparente batalla perdida contra el reloj?
El cerebro y la percepción del tiempo
Según expertos, la tendencia a llegar tarde puede estar relacionada con la manera en que nuestro cerebro percibe y maneja el tiempo. Hugo Spiers, profesor de neurociencia cognitiva en el University College de Londres, explica que existe un mecanismo en el cerebro que puede hacer que algunas personas subestimen cuánto tiempo les tomará llegar a un lugar. Este fenómeno podría estar vinculado al hipocampo, una región cerebral que juega un papel crucial en la memoria y la percepción temporal.
Investigaciones han identificado neuronas en el hipocampo que actúan como "células del tiempo", ayudándonos a recordar cuándo hacer algo y cuánto tiempo nos lleva. Sin embargo, la razón exacta por la cual algunas personas siempre subestiman el tiempo es aún desconocida.
Familiaridad, percepción del espacio y errores en la gestión del tiempo
Curiosamente, la familiaridad con un espacio puede influir en nuestras estimaciones de tiempo. En un estudio, Spiers pidió a estudiantes recién llegados a Londres que dibujaran un mapa de su entorno y calcularan el tiempo de viaje a varios destinos. Los resultados mostraron que, cuanto más familiarizados estaban con un área, más tendían a subestimar el tiempo necesario para desplazarse. Es como si, al conocer bien un lugar, comenzáramos a restar importancia a los obstáculos que podrían retrasarnos.
Otra razón por la que algunos siempre llegan tarde es que no calculan bien el tiempo necesario para tareas no relacionadas con el viaje en sí, como prepararse por la mañana. Según investigaciones, nuestras estimaciones de tiempo a menudo se basan en recuerdos inexactos de cuánto tiempo nos han tomado estas tareas en el pasado.
Emily Waldum, profesora adjunta en la Universidad Campbell, descubrió que factores ambientales, como la música, pueden distorsionar nuestra percepción del tiempo. Por ejemplo, las personas que escuchan música mientras realizan una tarea pueden subestimar o sobreestimar el tiempo que les toma completarla, dependiendo de la duración y el tipo de música que estén escuchando.
El impacto del entorno y la personalidad
El entorno también puede afectar nuestra percepción del tiempo. Un estudio reciente reveló que los viajes en transporte público abarrotado parecen durar más que aquellos en espacios menos congestionados. Este efecto se debe a que las experiencias desagradables tienden a distorsionar nuestra percepción del tiempo, haciéndonos sentir que el trayecto es más largo.
Además, ciertos rasgos de la personalidad, como una menor conciencia, pueden hacer que las personas olviden o pasen por alto tareas que habían planeado previamente. Los multitareas, aquellos que intentan hacer varias cosas a la vez, también son más propensos a llegar tarde, ya que dividen su atención y recursos entre múltiples actividades.
La autopercepción del tiempo y la lucha contra la procrastinación
Muchas personas que llegan tarde no se perciben a sí mismas como impuntuales.Grace Pacie, autora del libro '¡Tarde!: Una guía para los "dobladores del tiempo" sobre por qué llegamos tarde y cómo podemos cambiar', explica que estas personas a menudo creen que pueden ser puntuales cuando realmente lo necesitan, como cuando hay consecuencias graves, como perder un vuelo.
Sin embargo, en situaciones cotidianas sin una presión inmediata, estos tienden a perder la noción del tiempo. Además, los usuarios con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) pueden tener dificultades adicionales para procesar y estimar el tiempo, lo que contribuye a su impuntualidad.
Por su parte, la procrastinación también juega un papel en la impuntualidad. Según Fuschia Sirois, profesora de psicología en la Universidad de Durham, llegar tarde puede ser un síntoma de procrastinación, que a menudo está arraigada en una relación emocional complicada con la tarea en cuestión. La procrastinación y la impuntualidad no solo afectan nuestra productividad, sino también a nuestras relaciones con los demás.
¿Es posible mejorar la puntualidad?
Para quienes desean dejar atrás la impuntualidad, existen estrategias prácticas. Pacie recomienda usar alarmas y recordatorios en el teléfono, así como establecer plazos previos a los eventos importantes. Otro truco útil es ofrecerse para recoger a alguien, lo que obliga a planificar y salir a tiempo.
Por su parte, la psicóloga Cristina Martínez Villarino, especialista en bienestar emocional y mindfulness, señala que, aunque no es una tarea sencilla, existen estrategias terapéuticas que pueden contribuir a mejorar la puntualidad en una persona.
En particular, en el caso de las personas impuntuales, la terapia cognitivo-conductual puede ser una herramienta poderosa. "Este enfoque permite modificar la forma en que interpretamos las situaciones relacionadas con la impuntualidad", comenta la experta. Se trata de trabajar en la creación de nuevas rutinas y hábitos que favorezcan la puntualidad.
Además, Martínez Villarino destaca la importancia de mejorar la planificación y la organización del tiempo. "Desarrollar habilidades de gestión del tiempo, establecer rutinas y aprender a priorizar tareas son pasos fundamentales", afirma. "Esto no solo ayuda a ser más puntual, sino que también reduce la ansiedad y el estrés asociados a la procrastinación, un problema común entre quienes luchan con la puntualidad", añade la especialista.
La psicóloga también destaca la importancia de "abordar los problemas de motivación y autoestima", ya que estos pueden ser factores subyacentes de la impuntualidad. Por último, subraya la necesidad de desarrollar una mayor conciencia y responsabilidad. "Ayudar a las personas a entender el impacto de su impuntualidad en los demás puede fomentar un sentido más fuerte de responsabilidad y compromiso", concluye.