Hacemos muchos propósitos en el arranque del año y eso ya es tradición. Lo que mola es mantenerlos en marzo, a ver si esta vez suena la flauta.
Pero ya que estamos con nuevos bríos, me gustaría hablar de algo que se ha extendido mucho entre nosotros con respecto a los peques de la casa y que se llama "sobreprotección".
Antes de visitar Japón, vi documentales a los que se asomaban filas de niños muy pequeños desfilando por calles y carreteras camino de su cole. Luego comprobé que era una práctica común: "espabilamiento" forzado y tempranero para dotar a los niños de una incipiente autonomía.
No digo que esté bien, pero constato que aquí, la generación de papás y mamás actual, es más de signo contrario: llevamos a nuestros hijos al cole, a la extraescolar, al autocar de la excursión, al parque de bolas, a la disco infantil, al cumple de la amiguita y donde se tercie.
Sucumbimos a las pantallas en la habitación y nos quedamos más tranquilos que si se baja a la calle a darle al balón o a tirar a canasta. Muchos expertos nos avisan de que no podemos poner coto al natural desarrollo. A ver si en este 2025 nos terminamos de concienciar.