Monólogo de Alsina: "Espiando a Pere Aragonés"
Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre la investigación judicial del espionaje a Pere Aragonés con Pegasus que trata de resolver si el CNI actuó de forma legal y justificada con el objetivo de neutralizar amenazas a los intereses nacionales.
Madrid |
Veinte meses después de que el gobierno entregara su cabeza, clavada en una pica, a Esquerra Republicana de Cataluña, Paz Esteban, la primera mujer que dirigió el Centro Nacional de Inteligencia en España -a las órdenes de la ministra-juez Margarita Robles, que fue quien la destituyó después de intentar que dimitiera… eso digo, Margarita Robles, que fue quien la destituyó en vista de que se negó a dimitir y lo llamó sustitución en una encomiable maniobra de camuflaje-, veinte meses después de la purga Paz Esteban se pondrá delante de una cámara de video para comparecer, a distancia, ante el juez de Barcelona que la tiene imputada por un presunto delito de revelación de secretos y atentado contra los derechos fundamentales.
Para entendernos, por infectar con Pegasus el móvil de Pere Aragonés en 2019 sin justificación posible, a juicio del espiado. Que es quien presentó la querella.
Lo primero que sabremos esta mañana es si la ex directora va con ganas de hablar o se acoge a su derecho, que lo tiene, a no decir nada.
Cuál fue la razón por la que el CNI espió a Aragonés
La ministra sostuvo ayer que los papeles que ha desclasificado, a petición del juez, permitirán a Paz Esteban responder hoy. ¿Responder qué? Pues la razón por la que el CNI espió a Pere Aragonés. Que hubo espionaje ya lo tenía reconocido el CNI. No es eso lo que se ventila en la causa.
Se trata de saber si el espionaje fue legal y fue justificado. Es decir, si el CNI, al infectar a Aragonés estaba haciendo su trabajo. ¿Qué trabajo? Pues el de obtener información que le sirva al gobierno para neutralizar amenazas a los intereses nacionales y la estabilidad del Estado. ¿Eso incluye espiar a políticos? Bueno, si son políticos que tienen vínculos con grupos violentos, sí. Y si se cree no sólo que tienen vínculos, sino que son los cabecillas de esos grupos, más.
Obtener información que le sirva al gobierno para neutralizar amenazas a los intereses nacionales y la estabilidad del Estado
Esto es lo que, desclasificados los papeles, se confirma ahora: que el CNI pidió permiso al juez alegando que Pere Aragonés era quien dirigía a los CDR. Cosa que ya se publicó hace año y medio y que el propio Aragonés confirmó en este programa.
Para Pere Aragonés estamos ante una guerra sucia política
El juez del Supremo concedió el permiso y su móvil fue infectado. ¿Puede el CNI espiar a un político? Si es por esto, sí, aunque ejerza de vicepresidente de la Generalitat y siempre que el gobierno garantice que el espionaje se limita a eso, a evitar amenazas para el Estado, no a obtener información política que pueda usarse para practicar el juego sucio con un adversario. De esto va la cosa.
Para Pere Aragonés, que en su día elevó este episodio Pegasus a la categoría de escándalo mayúsculo responsabilidad del gobierno de España -luego ya se amansó y volvió a amigarse con Sánchez, pelillos a la mar y que el marrón se lo coma Paz Esteban-, estamos ante lo segundo: guerra sucia política. Algo así como Operación Cataluña II, o lo que la vicepresidenta Montero llamaría el Watergate pero no de Rajoy sino de Sánchez. Para el CNI y para el gobierno, es lo primero: trabajo de campo; se sospechaba que Aragonés era el CDR jefe y se le espió a ver qué se sacaba.
Este caso de espionaje se produjo gobernando Sánchez
Este caso de espionaje a un político (ya veremos si perfectamente ajustado a derecho o en el extrarradio) se produjo gobernando Sánchez y en aquellos meses de 2019 en que las algaradas de los CDR, los sabotajes de los tsunamis, estaban a la orden del día con la coartada de que el Supremo había condenado a los del procés. Eran los tiempos -lo recordamos ayer- en que el presidente Sánchez denunciaba que había grupos violentos en las filas del independentismo.
Eran los tiempos en que el presidente Sánchez denunciaba que había grupos violentos en las filas del independentismo
La sola idea de imaginar que acabara hermanándose él mismo con Esquerra Republicana hacía que le salieran ronchas al Partido Socialista. No te digo ya la idea de hermanarse con el partido de Puigdemont, que era el de Torra; a decir del presidente, el Le Pen de la política española.
Hubo unas elecciones en noviembre, la cosa le salió a Sánchez regulera y eligió hacer dos cosas: compartir el gobierno con Podemos y cortejar como socio a Esquerra. Por eso se produjo la insólita paradoja de que el presidente del gobierno estuviera negociando con Pere Aragonés a la vez que el CNI, dependiente del gobierno, estuviera espiando a Pere Aragonés por sus presuntos contactos con los grupos violentos.
Se produjo la insólita paradoja de que el presidente del gobierno estuviera negociando con Pere Aragonés a la vez que el CNI, dependiente del gobierno, estuviera espiando a Pere Aragonés
Cuando estalló lo del Pegasus, tres años después, el PSOE ya era muy compadre de Esquerra. Por eso entregó la cabeza de Paz Esteban, con la coartada de que no había protegido bien los teléfonos del presidente y la ministra (también infectados por Pegasus y de los que nunca más se supo) y para apaciguar a Aragonés, que andaba exigiendo la purga no de la señora Esteban sino de la ministra. Aún resuena en el Hemiciclo el eco de aquella pregunta que le hizo Margarita Robles a la diputada de la Cup.
¿Qué tiene que hacer un gobierno?
La ministra se hizo estas preguntas para argumentar que el Estado hizo lo que debía, tanto en 2017 -judicialización incluida- como en 2019 -Pegasus incluido-. Bien es verdad que para entonces Sánchez ya había respondido al qué tiene que hacer un gobierno indultando a Oriol Junqueras.
Lo que tiene que hacer un gobierno cuando alguien declara la independencia es amnistiarlo y cuando provoca desórdenes públicos, también
Hoy sabemos que la pregunta, qué tiene que hacer un gobierno, tiene nuevas respuestas: lo que tiene que hacer cuando alguien declara la independencia es amnistiarlo y cuando provoca desórdenes públicos, también, incluidos aquellos que puedan estar procesados por terrorismo. Porque lo que tiene que hacer el gobierno es diseñar una ley de amnistía de la mano de ese alguien y remendarla las veces que haga falta para asegurarse de que nadie se quede sin ser exonerado.
A esa tarea, ardua, está entregado en cuerpo y alma el gobierno desde el mes de agosto. Y ahí sigue.
Lo de Paz Esteban puede acabar de dos maneras:
· Una, con el archivo de la causa porque todo fue legal y no hay nada que reprocharle a nadie.
· O dos, con la extinción de la causa porque, no habiendo sido ni legal ni justificado, hay que amnistiar a los autores dado que todo guardaba relación con el procés, ¿no? ¿No consiste en eso la amnistía, todo lo que tenga que ver con el procés, borrado?
La investigación judicial sobre Pegasus, ¿quedará abortada también con la amnistía?
Éste es un aspecto que aún no ha aclarado el gobierno amnistiante. Si así como ve imprescindible, y beneficioso, extinguir la responsabilidad penal de quienes perpetraron la insurrección de 2017 y quienes organizaron algaradas y sabotajes en 2019, ve también imprescindible y beneficioso extinguir las posibles responsabilidades de funcionarios y políticos que, llevados de su empeño en desarticular el procés, hubieran podido cometer delitos también ellos.
La investigación judicial sobre Pegasus, ¿quedará abortada también con la amnistía o sólo las que tienen como procesados a políticos independentistas y agitadores tipo CDR, tipo tsunami? La llamada operación Cataluña del ex ministro Fernández Díaz, con los Villarejo, los Eugenio Pino, los Paco Martínez, ¿han de investigarla los jueces y fiscales o como va a ser amnistiado todo lo que relacionado con el procés también lo borramos?
Porque el argumento que acabarán dando los implicados, si alguna vez dejan de negar que la operación Cataluña existió aunque no la llamaran así, será que estaban defendiendo al Estado. Como dice el abogado Melero, con juego sucio. Y sabiendo que estaban no en el extrarradio de la ley sino fuera. Pero siempre podrán decir que no menos fuera que quienes ejecutaron el procés, que era quienes iban contra el Estado y quienes ahora van a ser amnistiados.
Si se extingue la responsabilidad penal de un Puigdemont, por qué no se va a extinguir la de un Fernández Díaz
Dices: ¿en serio si ha habido un caso de abuso de poder, manipulaciones policiales y persecución política puede quedar borrado? A ver, como tenía que ver con el procés y hay que pasar página de una vez por el reencuentro y la convivencia… los implicados en todo esto dirán que sí, claro, que si se extingue la responsabilidad penal de un Puigdemont, un Jové, un Salvadó, un CRD, por qué no se va a extinguir la de un Fernández Díaz o una Paz Esteban.
No, la de la Kitchen no, ex ministro. Que ahí la acusación es la de juego sucio no para neutralizar el procés sino para neutralizar la investigación judicial sobre Bárcenas y la caja del PP. No era la seguridad del Estado lo que estaba en juego sino la seguridad de que el tesorero no tirara de la manta y acabara salpicando a quien no convenía.
En la Kitchen es donde está procesado ya Fernández Díaz. Por el juez García Castellón, por cierto. El juez García Castellón. La bestia negra del gobierno. El juez que en cada auto que emite le hace un roto a la red de seguridad que el gobierno creía tener tejida para asegurarle a Puigdemont una vida provechosa y tranquila.