Marta García Aller: "Mientras la ciencia las convierte en verdaderas, llega el dilema de las quimeras"
Marta García Aller reflexiona sobre el último experimento científico que ha creado un riñón humanizado en un embrión de cerdo, algo que puede revolucionar el futuro de la ciencia.
En la mitología griega, quimera era una criatura híbrida, hija de Tifón y Equidna, que tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón. Quimera es también, según la RAE, aquello que se propone a la imaginación como verdadero sin serlo. Pero una quimera está más cerca que nunca de ser verdad, gracias a la ciencia. Que podamos crear órganos humanos en otras especies para que nos sirvan de repuesto ya no es solo imaginario.
Un experimento ha creado un riñón humanizado en un embrión de cerdo. La ha conseguido un médico español en China, el inmunólogo Miguel Ángel Esteban con el equipo del Instituto de Biomedicina y Salud de Guangzhou. A estos órganos híbridos, mitad humanos, mitad animales, los científicos los llaman quimeras.
Es la primera vez que se demuestra viable un órgano sólido humano en el interior de otra especie. Un esbozo de riñón de células humanas en un cerdo salvaje. Y como en todas las primeras veces surgen muchas dudas. Algunas son científicas, otras éticas.
¿Después del primer riñón llegará a ser posible hacerlo con el corazón o el hígado? ¿Podría aprobarse en España un experimento como este que se ha hecho en China? ¿Cuánto habrá que esperar desde el cultivo del tejido humanizado en los cerdos hasta que sea posible el trasplante? ¿Es ético dejar que nazcan cerdos con células humanas? ¿Cuántas vidas humanas podrían salvarse si tuviéramos capacidad ilimitada para generar órganos sanos y personalizados a los millones de personas que necesitan un trasplante?
Este experimento es un hito. Fabricar órganos humanos en otras especies está más cerca que nunca. Aunque no sé si fabricar será el verbo correcto, o será mejor decir ‘cultivar’ o ‘crear’. Mientras los científicos avanzan, habrá que ir pensando cómo contarlo. A menudo la ciencia llega antes al futuro que las palabras que lo nombran, por eso hay que recurrir tanto a cuando todo esto solo era imaginario. Por eso a estos órganos híbridos los científicos los llaman quimeras, como en la mitología. Es una manera de reconocer que estamos jugando a ser dioses.
¿Moraleja?
Mientras la ciencia las convierte en verdaderas, llega el dilema de las quimeras.