EN LA BRÚJULA

El monólogo de las ocho: "Los inmigrantes son solo una excusa para imponer un nuevo giro radical en Vox"

El monólogo de Rafa Latorre en el que reflexiona sobre la ruptura de Vox con el PP.

Rafa Latorre

Madrid |

Había dos señales anticipatorias de la crisis que se avecinaba en Vox. La primera fue la duración del Consejo Político. Si desertar de los gobiernos autonómicos era una decisión que había tomado Santiago Abascal sin esperar a nadie y todos los asistentes a la reunión lo sabían.

La segunda eran las caruchas con las que salieron, que son el espejo del alma. Aquello parecía un velatorio y fue muy significativo que Santiago Abascal anunciara la dimisión de los vicepresidentes de los gobiernos autonómicos y no mencionara siquiera a los consejeros.

Efectivamente, esto mucha más traumática para Vox que para el Partido Popular y de hecho querían romper los gobiernos y las únicas grietas se aprecian en el propio Vox.

Los tres consejeros de Vox en el Gobierno de Castilla y León se han negado a dimitir. Lo que pasa es que Alfonso Fernández Mañueco sólo se ha quedado con uno, Gonzalo Santoja. Un independiente que impuso Vox y que permanecerá como consejero de Cultura.

Hay otra traición en Vox. Curiosamente la del consejero cuyo nombramiento exigió una negociación más tortuosa que a punto estuvo de culminar con una repetición de las elecciones en Extremadura. El consejero de Medio Rural de María Guardiola, Ignacio Higuero, se ha dado de baja del partido Vox y seguirá en el gobierno extremeño.

Hoy han hablado todos los presidentes afectados por la deserción de Vox excepto uno, López Miras, que es el que tiene la mayoría más holgada. Todos ellos apuestan por un gobierno en solitario y a ninguno se le ha escuchado sugerir siquiera la necesidad de una adelanto electoral.

Hay otro gobierno autonómico, que es el de Baleares, en el que Vox no tiene consejeros pero donde el PP tampoco tiene mayoría absoluta, así que el acuerdo para hacer presidenta a Margarita Prohens exigió el nombramiento como presidente de la Cámara de Gabriel Le Senne.

Claro… no es tan fácil descabalgar al presidente de un parlamento autonómico, de ahí que una de las preguntas que ayer dejó en el aire la declaración de Santiago Abascal fue si estos abandonarían también su cargo.

Hoy Abascal sí que ha querido responder a preguntas en una entrevista y una de las más acuciantes es qué ocurrirá con los pactos de los ayuntamientos. Hay 114 alcaldías que fueron constituidas por un pacto del PP con Vox. Y francamente quienes van a tener que acoger a los menores no acompañados son las ciudades regidas por esos consistorios.

O sea que no van a romper. ¿Por qué? Porque en realidad lo de los inmigrantes, son apenas 110. Son solo una excusa para imponer un nuevo giro radical en Vox, que reafirma la vocación húngara de la dirección y que pretende conjurar el miedo que les provoca la emergencia de Alvise y Se acabó la fiesta.

Es tan ridículo como esto. Abandonar la política institucional para jugar en las ligas menores de la redes, el telegram y la agitación viral. Que es como retirar a un equipo de la Champions para que compita en la Kings League. Y los inmigrantes son lo de menos, porque de hecho lo único que la decisión revela es la profunda insolidaridad con una comunidad en dificultades, como es Canarias, y con las dos ciudades autónomas que requieren de un compromiso patriótico más firme, como son Ceuta y Melilla. Pero qué tendrá que ver el nacionalismo con el patriotismo… y Vox es una partido nacionalista.

De hecho saben cuál es la única comunidad que ha votado en contra del acuerdo para el reparto de inmigrante. Sí… Cataluña… Pero el Gobierno eso no se lo reprocha a sus socios independentistas, de Junts y de Esquerra, no vaya a ser que se ofendan. Es que hoy ha estado con Alsina el ministro de Política Territorial Ángel Víctor Torres y hasta le ha justificado la transferencias de las competencias a Cataluña por un mercadeo infame con Junts.

Desde luego al gobierno no le van a dedicar los insultos que le dedican a aquellas comunidades que sí va a acoger a inmigrantes y sí se van a mostrar solidarias con Canarias y con Ceuta.

Alberto Núñez Feijóo ha empleado un símil automovilístico. Dice que se ha pasado de frenada. A media mañana el presidente del Partido Popular ha hecho una comparecencia en tono grave para informar de que los gobiernos no van a interrumpir sus trabajos por la retirada de Vox.

Feijóo le ha agradecido a los presidentes autonómicos su firmeza desde que se conociera el órdago de Vox y ha dicho que él a estas alturas no va a aceptar chantajes, de manera que asume las complicaciones que pueden producir pasar a gobernar en minoría en 6 comunidades autónomas, pero confía en que eso no lo padezcan los ciudadanos.

Y en cuanto a los ayuntamiento en los que gobierna con Vox, no será el Partido Popular el que rompa los acuerdos.

Antes les hablábamos de los socios del Gobierno. Aquellos con lo que Sánchez no rompe a pesar de que Cataluña es la única comunidad que ha dicho NO al reparto solidario de inmigrantes. ¡La única! No sólo no ha roto con Cataluña sino que ha mercadeado con las competencias de inmigración para lograr el apoyo de Junts. Esto conviene recordarlo una y otra vez, una y otra vez, cuando vengan ahora con los cantos demagógicos de la inmigración. La política de inmigración le importa tanto que ha mercadeado las competencias de inmigración con un partido xenófobo al que él mismo calificó como el Le Pen español.

Ha regresado a España Marta Rovira después de permanecer fugada durante casi 7 años y su partido la recibe dividido en una guerra civil después de la catástrofe electoral. Las negociaciones con Esquerra para investir a Salvador Illa presidente de la Generalitat continúan, pero sin que se puedan ofrecer resultados concluyentes. Ojo a lo que ha adelantado El Periódico de Cataluña: «Dirigentes de ERC proponen que Carme Forcadell dispute a Oriol Junqueras la presidencia del partido»