El cuaderno de Chapu: "No llegará el ketchup al río"
Chapu Apaolaza reflexiona en su cuaderno de La Brújula sobre la escalada de tensión en la campaña electoral de Madrid.
Traigo que hoy en Sant Jordi y San Pfizer porque en el tendido uno de la plaza de toros de Illumbe en San Sebastián, mi madre ha tomado la primera vara de la vacuna.
A Rocío Monasterio le han preguntado en un debate electoral si condenaba el envío de balas a dirigentes del Gobierno y ha dicho que ella condena “todas las violencias”. Es de primero de escaquearse de condenar la violencia pues diluye la violencia en otras muchas violencias, tantas violencias que esta así de pequeña ni se nota. Consiste en condenar algo muy genérico, tan grande que no se puede identificar. Con todas las violencias que hay te vas a preocupar de una bala en un sobre.
Lo de enviar balas con su cara ya se lo hicieron a Albert Rivera las juventudes de Esquerra, un partido de dirección de Estado según Pablo iglesias. “Todas las violencias”, me quiere sonar. Ah, claro, si lo dijo también Jon Inarritu de ETA y en el galapagarato declararon ese día festivo plurinacional. A Iglesias le caían dos lagrimones escuchando la condena de todas las violencias a Bildu, otro partido de dirección de Estado.
Cuando ha escuchado lo de “todas las violencias”, Pablo Iglesias se ha levantado y se ha ido. Está indignado y con razón. Qué será lo próximo, ¿gritar que Madrid será la tumba de Abascal? ¿Decir que los de la bala iban a Vallecas a provocar? O que los que mandan balas están defendiendo su barrio, como dijo Ione Belarra. Dirá alguien que las balas eran de chocolate como Echenique cuando dijo que la sangre de una diputada de Vox por una pedrada abertzale era Ketchup. Esperemos que no llegue el ketchup al río.