El cuaderno de Chapu: "Celebrar la escasez"

Traigo las notas del 23 de marzo. Según los cálculos del Gobierno, a estas alturas tendríamos que estar ya celebrando el fin de la pandemia, el advenimiento del nuevo día y el maná de los dineros de Europa. Y aquí estamos.

Elena y yo hemos llenado el depósito del coche porque hay que darse un capricho de vez en cuando. Hace tiempo que aparecen en la prensa artículos de celebración de la escasez y de cómo hacer las cosas bien cuando suben los precios. ¡Ah de nosotros cochinos derrochadores y bandidos!

Ha tenido que venir una crisis de suministros, de transportes, una pandemia y una guerra para que aprendamos a usar los electrodomésticos. Y conducir más despacio. La virtud es poner la lavadora a las cuatro de la mañana y encender la luz mientras duermes. Si conduces a sesenta, ahorras un tercio del depósito pero fíjate que si vas con los niños al colegio andando de la mano por la cuneta de la M40, durante siete kilómetros, es que te ahorras el depósito entero. La pobreza nos liberará de la esclavitud de coche. ¡Aleluya, aleluya!

Y la calefacción. Iban los vecinos de enfrente en mangas de camiseta en enero como si fuera julio en Matalascañas. Si bajan dos grados, se ahorran un tercio de la factura, pero si la quitas y te abrigas lo suficiente, ahorras como para irte a Gandía de vacaciones en verano una semana, andando por la cuneta, claro, que está precioso de flores. Podríamos ir a caballo. Si no fuera de fachas. Con la comida, lo mismo. Si no te llega para carne es que comías demasiada.