El reto de millones de personas refugiadas en el mundo: "No sabes lo que te espera, pero necesitas un nuevo futuro"
Este jueves se conmemora el Día Mundial de las Personas Refugiadas. En un año en el que más de 100 millones se han visto obligados a desplazarse y huir de sus lugares de origen, conocemos cómo es el proceso de acogida en España, qué es el duelo migratorio y la denuncia de las ONG ante la inactividad de los gobiernos.
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Madrid |
Es una imagen que vemos repetida cada semana, largas filas o embarcaciones llenas de personas huyendo de sus países a causa de un conflicto bélico, una persecución o desplazamientos provocados por los efectos adversos del cambio climático.
Imad Mechrany, con apenas 17 años, huyó de Marruecos y cruzó por Tarifa a España. "No es nada fácil dejar a tu familia, no sabes lo que esperar pero necesitas un nuevo futuro. Sabes que nada te asegura el que vayas a llegar bien", afirma.
Por su edad, fue enviado a un centro de menores en Guadalajara, una etapa que recuerda como la más dura tras su llegada. "Fue muy complicado, estás acostumbrado a vivir con tu familia y en el centro te encuentras con todo tipo de personas. Te tienes que cuidar a ti mismo, hasta que te acostumbras".
El idioma, la cultura y, en ocasiones, la sociedad son las primeras barreras que se encuentran las personas refugiadas. "La sociedad puede ser difícil, no todo el mundo te va a dar la bienvenida", señala Mechrany.
Su caso es uno de los que llegan a buen puerto. Con los años ha podido legalizar su situación, estudiar y convertirse en auxiliar administrativo de la Fundación la Merced Migraciones. Atrás queda su llegada en camión a España, uno de los tres países con más solicitudes de asilo en 2023, en concreto, 163.220, según datos del último informe anual de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
Este jueves, 20 de junio, se conmemora el Día Mundial de las Personas Refugiadas, una fecha concreta para dar visibilidad a una problemática que se ha visto incrementada en el último año, según CEAR, en más de un millón y medio de personas.
No es solo una fecha al año
Tal y como recoge la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), las personas refugiadas son aquellas que no pueden volver a su país de origen debido a un temor fundado de persecución, conflicto, violencia u otras circunstancias que hayan perturbado seriamente el orden público y que, en consecuencia, requieren protección internacional.
En ocasiones, las cifras pueden llegar a despersonalizar las historias de los más de 110 millones de desplazados de manera forzada que hay actualmente en todo el mundo. La mayoría de ellos, procedentes de Afganistán, Siria, República Democrática del Congo, América Latina y el Caribe, Myanmar, Somalia, Sudán y Ucrania.
"Esto pasa siempre, no solo un día al año. Hay que proteger la vida de las personas vulnerables", afirma Óscar Camps, fundador de Open Arms.
El mar como vía de escape
La huida que emprenden estas personas a los diferentes países de Europa no solo es por tierra, al revés, la vía marítima es la que cogen el 90% de los desplazados en el continente. El mar se convierte en vía de escape y, a la vez, en el peor enemigo de aquellos que cogen una embarcación.
Desde el barco 'Astral', en el puerto de Badalona, el fundador de la ONG de rescate 'Open Arms', Óscar Camps, se prepara para salir en unas semanas al Mediterráneo. "Hemos tenido dos naufragios seguidos cerca en los últimos días, en el Atlántico ya van más de 5.000 muertos en lo que va de año... Todo esto representa un fracaso colectivo, una señal de incapacidad de los estados para proteger a las personas mas vulnerables", comparte.
Su ONG considera el Mediterráneo como "la mayor fosa común del planeta", tras los numerosos naufragios de personas que huían de sus países para llegar a Europa. "Para nosotros se trata de personas que están en el mar a la deriva, son vidas en peligro, no se cuestiona ni su procedencia, ni su destino, ni el color de su piel, ni su religión", indica Camps.
Entre las últimas misiones que ha llevado a cabo la ONG, están las de la Franja de Gaza, para la que lograron abrir un corredor humanitario y trasladar toneladas de comida junto con la organización World Central Kitchen (WCK), del chef José Andrés. "Nos planteamos que si dos ONG pudieron conseguir eso, qué hubieran podido conseguir dos estados si se lo hubieran propuesto", señala.
La inacción es deliberada, es ponerse de perfil y no querer hacer nada
En la costa de Gaza, denuncia que se encontraron un "escenario completamente inhumano, todo era surreal". "Desde donde estábamos podíamos ver cadáveres en la arena y cómo se seguía bombardeando", afirma el fundador de 'Open Arms'.
Según datos de ACNUR, a finales de 2023 eran 1,7 millones las personas que habían tenido que desplazarse en la Franja de Gaza, lo que supone un 75% de la población. Entre los desplazados en la zona hay refugiados palestinos que han tenido que abandonar sus viviendas en más de una ocasión.
El proceso de acogida en España
Aquellos que logran llegar a puerto o pasar las fronteras por tierra, se enfrentan a una nueva realidad, una vida alejada de todo lo que conocían. En el caso de España, hay fundaciones como la Merced Migraciones que llevan décadas acogiendo a miles de personas que han llegado solicitando asilo. "El pilar más importante es la acogida, el acompañamiento y el asesoramiento para que no se sientan solos", indica Priscila Jiménez, responsable de comunicación de la Fundación.
La Merced cuenta con varias casas de acogida distribuidas por Madrid, Málaga o Valladolid. "Además de la familia, estas personas cuando llegan han renunciado a su situación económica, por lo que la inserción laboral es una parte muy importante", indica Jiménez.
Entre las principales adversidades, además del idioma o la cultura, está la incertidumbre. "No saben cuánto tiempo va a tardar en regularizarse su situación administrativa. La incertidumbre es lo que más les cuesta, y no es algo con lo que cuenten al llegar, piensan que vienen directamente a trabajar", comparten desde la Fundación.
Raquel Santos, directora de Programas de CEAR, afirma que "las plazas que hay de acogida temporal están colapsadas".
En el momento en el que las personas llegan procedentes de otro país y "verbalizan que quieren solicitar protección internacional, pasan a una fase de valoración inicial que es la primera acogida en los diferentes territorios y delegaciones en las que estamos". Dentro de los programas de asilo de CEAR, "las personas procedentes de Ucrania siguen siendo la principal nacionalidad".
Lo importante de nuestro trabajo como ONG es la defensa a nivel individual de las personas, sin distinción
Tras llevar años al lado de las personas refugiadas, Santos confiesa que "nunca te acostumbras al horror y al sufrimiento que viven", por eso hace hincapié en el acompañamiento y en el apoyo durante su proceso de inclusión.
El duelo migratorio y la importancia del acompañamiento
En los programas de acogida es vital el acompañamiento psicológico de las personas solicitantes de asilo. Valeria Moriconi, profesional experta en duelo del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, destaca que es importante "hacer entender a la población que el duelo no pasa solo porque muera alguien, es algo que evidenciamos también cuando perdemos nuestro idioma, la cultura, los valores o hábitos".
Por ello, el llamado duelo migratorio tiene un primer paso en las personas refugiadas que es la legitimación, "se encuentran frente a una pérdida ambigua porque se mueven porque van hacia algo mejor".
Al llegar a un nuevo país huyendo, Moriconi señala que estas personas se encuentran "solas, con sentimiento de abandono, de indefensión". Como sociedad, recomienda facilitar y minimizar los peligros que pueden sufrir, como la discriminación o la marginación.
No hace falta ser profesional de la salud, solo un ser humano sentado frente a otro con interés y respeto
A veces, asegura, son gestos pequeños con los que podemos contribuir "sentarnos a comer su comida, escuchar sus pérdidas, conocer sus culturas, así se puede empezar".
Conflictos y refugiados olvidados
En este Día Mundial también hay que recordar a aquellos que por la falta de cobertura informativa y compromisos diplomáticos, se ven avocados al olvido.
Hace unas semanas, la clasificación anual del Consejo Noruego de Refugiados (NRC) ponía sobre la mesa la crisis de desplazados internos en Burkina Faso, la más olvidada en la actualidad. Un país en el que la violencia de grupos armados causó más de 8.400 muertes en 2023 y tiene más de dos millones de desplazados, casi la décima parte del total de habitantes que hay en la zona.
Camerún, República Democrática del Congo, Mali y Níger, afectados por el avance del yihadismo, son otros conflictos referenciados en el ranking de la ONG con sede en Ginebra, abandonados por la comunidad internacional.