La preocupación por Alepo y las bases para negociar el Brexit marcan la última cumbre europea del año
Los líderes de la Unión Europea celebraran este jueves su última cumbre del año con la atención puesta en la dramática situación en la ciudad de Alepo, nuevamente bajo bombardeos aéreos pese a los anuncios de tregua, y el objetivo de establecer --ya sin la presencia de Reino Unido-- las "directrices de negociación" para el momento en que Londres active el proceso de divorcio.
"Puede parecer un campo de minas, hay tantas cosas que pueden salir mal", ha advertido un alto funcionario europeo, en alusión a la cargada agenda que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE discutirán en Bruselas.
Los mandatarios francés y alemana, François Hollande y Angela Merkel, informarán a sus socios de la evolución en la crisis ucraniana y de Siria, dos escenarios en los que el papel del Kremlin y las tensiones de la UE con Vladimir Putin son clave.
Sin embargo, diversas fuentes consultadas coinciden en que los Veintiocho prorrogarán las sanciones que ya impone el bloque a Moscú por no respetar el acuerdo de Minsk, pero esquivarán la posibilidad de medidas adicionales por la participación rusa en los bombardeos sobre Siria, un asunto en el que los líderes "siguen divididos".
Aunque no se esperan decisiones de calado, los 28 tienen previsto también hacer balance de los avances en materia de control migratorio y refuerzo de la frontera exterior, abordar el reto de la defensa europea y examinar los resultados del acuerdo con Turquía para contener el paso de refugiados.
Tusk ha previsto una discusión centrada en los éxitos del pacto con Ankara para reducir drásticamente el paso migratorio, y evitar así un debate de fondo sobre la deriva autoritaria del Gobierno de Erdogan.
Aunque parece "inevitable" referirse a la situación del país, existe un "fuerte consenso" entre los Estados miembros en cuanto a la necesidad de mantener "todos los canales de comunicación" abiertos con Turquía, apuntan fuentes diplomáticas, para descartar la posibilidad de congelar las conversaciones de adhesión.
Otro de los frentes abiertos es la necesidad de encontrar un lenguaje que "ayude" al primer ministro holandés, Mark Rutte, a superar la oposición en su país al acuerdo de asociación que la UE cerró con Ucrania. El objetivo es aclarar "lo que es y lo que no es" el pacto y "tranquilizar" a Países Bajos en cuanto a que no se trata de la "antesala de un acuerdo de adhesión" ni ofrece ventajas financieras o en materia de defensa a los ucranianos.
La de este jueves será la primera cumbre del primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, que acude a la cita en plena crisis del sistema financiero de su país y que podría enfrentarle al rescate de Banca dei Monte de Paschi di Siena.
También es un momento complicado para el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, que acaba de ver cómo los acreedores de Grecia han decidido suspender temporalmente las medidas acordadas para aliviar la deuda pública, por su desacuerdo con la decisión de Atenas de conceder una paga extra a las pensiones más bajas.
La primera ministra británica, Theresa May, informará a sus todavía socios del estado de los "preparativos" para activar el proceso formal de negociación, según ha revelado Tusk tras una conversación telefónica con la 'premier' la víspera de la cumbre.
Londres quiere esperar al mes de marzo para invocar el artículo 50 del Tratado --que dará dos años para pactar el divorcio antes de que dejen de aplicarles las leyes europeas de manera automática--, mientras que el bloque se mantienen firme en no negociar hasta ese momento y en su defensa de las cuatro libertades, incluida la de trabajadores, como principios "indisociables" de la UE.
Así las cosas, la cumbre formal dará paso a una cena informal en el formato ya habitual a Veintisiete, sin la presencia de Reino Unido, para seguir avanzando en su estrategia ante Londres.
El objetivo no es el de establecer sus líneas rojas, sino el de fijar las "directrices" de la negociación. "No queremos perder el tiempo en cuestiones de organización cuando se active el artículo 50, por ello conviene arreglarlo ahora", ha justificado un alto diplomático.