El tiroteo del Ejército de Israel en la ciudad de Gaza que ha causado la muerte a 104 palestinos y heridas a otros 280, afectará a las negociaciones que mantienen el Gobierno de Netanyahu y Hamás para lograr un alto el fuego en la guerra.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha declarado a las puertas de la Casa Blanca a punto de tomar un helicóptero que le traslade a la base de Andrews que está siguiendo los acontecimientos y que sabe que la muerte de esos civiles complicará las negociaciones.
Biden, que a comienzos de esta semana se mostró esperanzado de obtener un acuerdo de alto el fuego para comienzos de la próxima semana, ha admitido que probablemente ya no será el lunes como esperaba sino más tarde y que mantiene su optimismo. "La esperanza es lo último que se pierde", ha resaltado el presidente.
Más de 100 personas han muerto este jueves en un ataque israelí sobre el lugar donde cientos de gazatíes aguardaban el reparto de ayuda humanitaria en ciudad de Gaza, según ha denunciado el Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza, controlado por Hamás.
La oficina de medios del Gobierno de Gaza, controlado por Hamás, informó inicialmente que el ataque, en la calle Al Rashid, en el sureste de la ciudad de Gaza, había causado la muerte a unas 70 personas, cifra que puede seguir aumentando en las próximas horas.
El Ejército israelí acaba de anunciar que disparó contra una multitud que suponía "una amenaza" durante la distribución de alimentos, y que decenas fueron heridos "en empujones y pisoteos" tras rodear los camiones con ayuda humanitaria e iniciar saqueos, según un comunicado.
"El ataque fue premeditado e intencionado, en el contexto del genocidio y la limpieza étnica del pueblo de la Franja de Gaza. El ejército de ocupación sabía que estas víctimas habían llegado a esta zona para obtener alimentos y ayuda, pero las mató a sangre fría", ha denunciado el gobierno gazatí en un comunicado.