Este libro es un despertador de recuerdos, de vivencias, de dificultades y de superaciones. Es el confinamiento a través de los ojos de un maestro que tiene una visión más allá de las paredes de una casa.
Muestra cómo con elementos caseros diseña materiales y actividades qué comparte con los demás de manera altruista, no sólo con su alumnado con el único fin de ayudar e ir solventando el día a día.
Un profesor confinado es un diario de experiencias, de sensaciones, de emociones, de revelar los procesos y vivencias personales.
Gustavo muestra la autoexigencia y el desgaste personal en la realización de tareas a través de productos reales y útiles. No sólo podrás ver qué se hizo, sino cómo y porqué se hizo.
En todo el trayecto siempre hay un fin esperanzador. Existe una continuidad a pesar de las dificultades.
Cada capítulo es una superación demostrando que la Educación Física, la Educación en general resiste y resurge como el Ave Fenix.
En este libro se trata la visión de un profesor que desde el interior de su casa se entrega a los demás durante el confinamiento. Intenta con todas sus fuerzas mantener el hilo de unión que aún se mantiene con su alumnado a pesar de perder el elemento esencial en Educación Física: la presencialidad.
Al leerlo descubrirás que el tiempo del confinamiento sirvió para mucho más de lo que pudiéramos pensar.