Tiene difícil explicación, si es que hay alguna, pero el Sporting de ayer en El Molinón fue todo lo contrario a la versión que ofreció en Granada. Si en el Sur todo fue pasotismo, imprecisiones, falta de actitud, de orgullo, la nada en ataque y el desastre en defensa, anoche ante el Eibar (posiblemente la mejor plantilla de la categoría) Abelardo convirtió a los suyos en futbolistas intensos, agresivos en las disputas, solidarios, prácticos en defensa y letales en ataque. El Sporting despachó posiblemente el mejor partido de la temporada en un momento clave, pues tras el 5-0 se habían disparado las dudas tanto en el entorno como en el propio club.
La falta de puntería evitó la misma goleada de escándalo de Granada, pero en sentido inverso. Muy preocupante es la situación de Djurdjevic, que las falla de todos los colores y hasta sin portero, pero que sigue siendo ovacionado partido tras partido por una afición que le agradece así el esfuerzo y el trabajo. Cristo, que apenas dispuso de 10 minutos, marcó un gol de bandera y volvió a reivindicarse (cuando perdió la titularidad estaba dando también una muy buena versión), y queda sólo en manos de Abelardo la decisión (difícil, pero valiente) de sentar al montenegrino para utilizar al canario. Con otros jugadores no le tembló nada el pulso al míster rojiblanco.
El Sporting, tras esta victoria, se coloca séptimo con los mismos puntos que el propio Eibar, a la espera de rendir ahora doble visita: el sábado a Vitoria y el último lunes del mes a Valencia para enfrentarse al Levante. Para el partido de Mendizorroza, especial sin duda para Abelardo, no hay lesionados ni sancionados. Insua se mantiene con 4 amarillas, apercibido de sanción.
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