Hay voces rancias y plumas anquilosadas que le critican a los partidos que varíen postulados. Cómo si estas organizaciones tuvieran prohibido evolucionar, crecer y parecerse todo lo que puedan a la sociedad a la que representan.
Le dan al PP por sus propuestas sobre conciliación y semana laboral. Le dan al PSOE por pensar que algo hay que hacer con las bajas en el trabajo y la actual legislación.
Me has escuchado más de una vez que debería haber materias troncales despolitizadas, asuntos que ninguna sigla se atreva a secuestrar. Y el bienestar de los individuos y sus condiciones vitales serían de las primeras.
Se habla mucho de vivienda, de precios, de reglas, de mercado… pero el ciudadano que lo pasa mal para pagar una letra o un alquiler, o el joven que ya no se siente como tal en casa de los padres siguen sin tener soluciones.
¿Mejor las recetas de la derecha? ¿las de la izquierda? Mejor los que estudian cada país, cada colectivo, cada realidad de manera quirúrgica. Mejor ser sensato, probar, sin sentirse infalible, sin demonizar al contrario y sin cerrarse a iniciativas nuevas. El problema no es fácil. Resolverlo tampoco. Piensen más, señores políticos, y si pueden, piensen mejor.