Orquestas y feriantes ven este verano con incertidumbre: "Pensábamos que podríamos empezar, pero va a ser un año de transición"
Las restricciones impuestas por la pandemia llevaron a orquestas, bandas de música y feriantes a un parón total de su actividad. De cara a este verano que se van recuperando algunos sectores, hablamos con Blas Piñón, responsable de la orquesta París de Noia y con Álvaro Villar, tercera generación de feriantes.
Oficialmente el verano empezó hace 10 días, pero hoy, 1 de julio, empiezan las vacaciones para muchas personas. Además, estamos empezando un verano que todos queremos pensar que será mejor que el pasado, en el que muchas actividades seguían paradas y el sector del ocio y del espectáculo sufría directamente el efecto de la pandemia. Hace un año ya hablamos del efecto que estas restricciones tenían para las orquestas y bandas de música cuyos ingresos dependen de las ferias que se celebran en los pueblos.
La orquesta París de Noia, con 65 años de historia
Si hablamos de orquestas, las que juegan en primera división son las orquestas gallegas. Y entre ellas, una de las más seguidas es la orquesta París de Noia, con nada menos que 65 años de historia a sus espaldas. Blas Piñón es el responsable y cantante de la orquesta París de Noia, que nos explica lo complicado que fue subsistir durante el año pasado frente a otros compañeros que tuvieron que cerrar sus negocios. "Hemos aguantado hasta ahora pidiendo créditos para pagar créditos", dice Blas sobre su formación que cuenta con 33 trabajadores entre el elenco artístico, técnicos, personas de montaje o chóferes.
Por el momento todavía hay unos protocolos sanitarios vigentes que deben seguir las comisiones de fiestas de cada municipio. Sin embargo, esos protocolos son "prácticamente inasumibles" para los ayuntamientos. Este verano, la orquesta París de Noia presentó su espectáculo en un pueblo de Valladolid, Santovenia de Pisuerga, lo que fue "un éxito tremendo de organización" y donde todos los asistentes estaban sentados.
A raíz de eso, muchos concellos de Galicia han visto que el formato que ofrecen es seguro y se están empezando a animar a contratarles, "pero no va a ser suficiente", asegura Blas, puesto que el 90% de su trabajo está dedicado a estas fiestas populares. "Todos teníamos las esperanzas puestas en que este año podríamos empezar, pero al final va a ser un año de transición", sostiene Blas que muestra su solidaridad con sus compañeros que, como él, sufren duramente esta situación. "Nunca pensé que iba a vivir un momento tan duro como este", sentencia.
Álvaro Villar, tercera generación de feriantes
Y si las orquestas son muy de verano, no lo son menos las ferias. Que también tuvieron que parar su actividad muchas de ellas el verano pasado y que tienen las esperanzas puestas en estos meses. Álvaro Villar pertenece a la tercera generación de feriantes y tiene su caseta de tiro en Cádiz. "Nunca había vivido un parón total de la actividad", cuenta Álvaro que ha tenido que buscarse otro trabajo para poder vivir y seguir pagando los impuestos, seguros y resto de gastos asociados.
Aunque de cara a este verano se están preparando pequeños parques de atracciones ambulantes, que se asemejan a las ferias, Álvaro vislumbra el verano con bastante incertidumbre. A principios de junio estuvo en Puerto Real en un evento que duró 10 días donde la gente estuvo volcada: "Todo el mundo tiene muchas ganas de volver, ha sido un año y medio perdido". En su caso han montado parques vallados, con control de aforos, mamparas de separación, mascarillas obligatorias y distancia de seguridad.