El ambigú: "Los hijos de alguien"
Espacio de culturilla y espiritismo con alguna excusa de actualidad.
Este domingo se jugó el Granada-Córdoba, y en el palco de Los Cármenes estaba Zinedine Zidane, leyenda del fútbol e ídolo de nuestra tardo-adolescencia. Y Zidane estaba allí para ver jugar a sus hijos. Su hijo Luca juega en el Granada y su hijo Theo juega en el Córdoba. El pobre Zidane no vio mucho porque Luca es el portero suplente del Granada, y no jugó ni un minuto, y a Theo lo expulsaron a los 40 minutos.
Y esto me llevó a un pensamiento nada original, incluso muy recurrente: no debe ser fácil ser hijo o hija de una leyenda. Qué sienten estos chicos sabiendo que los ojos de su padre, Zidane, se posan sobre ellos, sabiendo que su sombra es casi imposible de superar -sobre todo cuando has decido dedicarte a lo mismo.
Ser hijo de una leyenda es heredar no sólo un nombre, sino también una carga de expectativas que pesa mucho. En el resplandor del legado del padre o de la madre, los propios logros se ven inevitablemente ensombrecidos. Para el hijo o la hija de un gran actor, deportista o artista, la cuestión no es sólo si puede forjarse su propio camino, sino si ese camino puede escapar realmente de la atracción gravitatoria del estrellato de sus padres.
Viven sometidos a una constante comparación: injusta, implacable y a menudo pública. Sean cuales sean los logros del hijo, inevitablemente se comparan con el enorme éxito del padre. Si sobresalen, se considera un mero reflejo de la ventaja genética o de los enchufes y la influencia social; si flaquean, comienzan los murmullos de «no estar a la altura del nombre».
Me interesaba que habláramos de esas vidas vividas en la proximidad de la grandeza. Y cómo pueden, paradójicamente, reducir el espacio para la identidad personal. Cada elección juzgada: ¿sigue los pasos del padre o se rebela contra ellos?
Incluso en el éxito, el hijo de una leyenda se encuentra a menudo con una peculiar forma de distanciamiento: la sensación de que su talento individual, por genuino que sea, es de algún modo inseparable del legado en el que ha nacido. La fama puede abrir puertas, pero complica el camino.
Por eso hoy abrimos el Ambigú para hablar de los hijos de alguien.
Deporte
Quizá el deporte sea el ámbito en que el que más cuesta destacar. El deporte es quizá el único feudo meritocrático: si vales, juegas. Si no, no.
Busquets o Maldini superaron a sus padres. También Xabi Alonso o el propio Erling Haaland. Pero no es lo normal.
Lo normal, como en el caso de Zidane, de Michael Jordan o de Johan Cruyff es que tus hijos no te superen.
De hecho, se habla mucho de ‘el hijo de’ en categorías inferiores, pero no tanto después. Seguramente haya muchos que lo dejan al saber que nos serán futbolistas de élite. Que podrían sin embargo tener una buena carrera en segunda división, pero que deciden no hacerlo.
Mundo del espectáculo
En el mundo del espectáculo es distinto. Puedes llegar más lejos sin tener demasiado talento, aunque eso no te asegura que el camino no vaya a ser tortuoso.
Y hay bastantes casos de artistas que han igualado y superado a los padres.
Encontramos buenos ejemplos de todo la saga de los Douglas.
Michael Douglas - Kirk Douglas
Eric Douglas. El más joven de los cuatro hermanos, nunca pudo destacar en la actuación, murió de una sobredosis en 2004, a los 46 años.
Cameron Douglas
También en los hijos de Julio Iglesias.
Casos a comentar:
- Sofia Coppola - Francis Ford Coppola
- Jason Reitman - Ivan Reitman
Otros hijos exitosos:
- Pilar Bardem – Javier Bardem
- Toni Curtis y Janet Leigh – Jamie L. Curtis
- Angelina Jolie - Jon Voight
- Jane Fonda - Henry Fonda