¿Cómo será la nueva FP que quiere aprobar el Gobierno?
La cartera dirigida por Isabel Celaá pretende poner en marcha un nuevo modelo de Formación Profesional que permita una mayor especialización a los alumnos. Así será la nueva FP.
Concluido el curso escolar 2020-2021, el Ministerio de Educación y Formación Profesional ya trabaja en cambios para el próximo año, sobre todo en lo que se refiere a la Formación Profesional.
La ministra Isabel Celaá pretende definir un sistema único de FP “articulado y compacto” en el que se identifiquen las “competencias profesionales del mercado laboral”, se asegure una oferta de formación “idónea”, se posibilite la formación y su reconocimiento y, además, se impulse un servicio de orientación y acompañamiento profesional.
Con este nuevo modelo se pretende ampliar la oferta de FP Dual, modalidad con un 70% de inserción laboral, así como incentivar y potenciar “la acreditación de competencias laborales” para que los trabajadores tengan la oportunidad de estar en continua formación.
Según han avanzado desde el Gobierno, toda la Formación Profesional será de carácter Dual y estará dividida en dos tipos: general y avanzada. En cuanto a la general, ofrecerá la posibilidad de realizar prácticas en empresa entre el 25% y el 35% de las horas. Por lo que respecta a la avanzada, las prácticas podrán abarcar entre el 35% y el 50% de las horas.
Así pues, se pretende dar un mayor peso a la combinación entre teoría y práctica, algo crucial a la hora de desempeñar un trabajo y que desde la Fundación Atresmedia llevan promoviendo desde hace un tiempo con el programa ‘Descubre la FP’, pues, según Esther Palomares, responsable del área de proyectos de Empleabilidad Juvenil de la Fundación Atresmedia, “mejora la empleabilidad de los jóvenes”.
“Nuestra finalidad es potenciar esta formación específica, contribuir a mejorar su calidad e impulsar la empleabilidad juvenil”, relata Esther Palomares. Por ello, en ‘Descubre la FP’ se centran en “concienciar sobre la alta empleabilidad juvenil asociada a los itinerarios formativos que ofrece la Formación Profesional”, “conseguir perfiles mejor adaptados a las necesidades del mercado laboral” y establecer una relación más cercana entre los centros de formación y las empresas.
En esta línea, la nueva ley persigue la “acreditación de competencias profesionales adquiridas mediante la experiencia laboral y vías no formales de formación”. Esto es, que todos aquellos trabajadores con formación adquirida podrán acreditarla sin necesidad de haber pasado por la universidad.
También, la reforma tiene como objetivo una mayor internacionalización. Para lo que se pondrá en marcha la convocatoria de proyectos de formación entre centros españoles y extranjeros, y se promoverá la movilidad tanto de alumnos como de profesores.
Una FP al alcance de trabajadores y parados
Según se recoge en el anteproyecto de Ley de Formación Profesional, una de las ventajas que tendría este nueva FP es que estará dirigida no solo a estudiantes, sino también a trabajadores y desempleados.
Asimismo, el escrito hace mención a la relación entre los estudios universitarios y la Formación Profesional con el objetivo de promover un “reconocimiento mutuo” que facilite “el establecimiento de itinerarios formativos con pasarelas entre ambas” para que la Universidad pueda convalidar materias cursadas en FP y viceversa.
Esta idea promueve, según el Gobierno, “nuevos modelos de colaboración, desarrollo de proyectos compartidos y préstamo de espacio”, lo que daría lugar a la “transferencia de conocimiento y experiencia” y permitiría también “crear innovación y optimizar recursos”.
Mayor competitividad en el mercado laboral
Gracias a esta nueva ley, los estudiantes podrán seleccionar las optativas según sus intereses y contarán con un título reconocido en el marco europeo, algo que “mejorará su cualificación y, por tanto, la posibilidad de acceder a empleos de mejor calidad”, asegura María José Martín, directora general de Manpower Group.
“Tendremos, en resumen, una formación más flexible, capaz de adaptarse con mayor agilidad a las necesidades del mercado y capaz, pues, de garantizar la empleabilidad de los profesionales en un mundo en constante cambio”, concluye María José Martín.
Cinco grados diferentes
La nueva FP quedaría estructurada en cinco grados diferentes: A, B, C, D y E, que “permiten la progresión”.
El grado A se basaría en la acreditación parcial de competencias; el B en el Certificado de competencia Profesional; el C correspondería al Certificado Profesional; el D serían los ciclos formativos de grado básico, medio y superior; y, por último, el grado E correspondería a los cursos de especialización, con títulos de especialista y Máster Profesional.
“De esta forma, cada persona podrá diseñar y configurar itinerarios propios adaptados a sus expectativas profesionales, sus circunstancias personales o sus necesidades laborales”, remarcan desde La Moncloa.