El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, reconoció este que se cometieron errores en la gestión de la DANA que azotó la Comunidad Valenciana el 29 de octubre. Aunque Mazón no precisó exactamente cuáles fueron estos fallos, sí se refirió a la falta de atención a la rambla del Poyo. Se espera que este jueves, durante su comparecencia en Les Corts, aborde los problemas de coordinación y posiblemente anuncie cambios en su gobierno, como el cese de algún consejero. En el seno del Partido Popular crece la percepción de que la gestión de la crisis fue deficiente, pero de momento no se plantean cambios en el liderazgo de Mazón, ya que priorizan la estabilidad para la reconstrucción de la región.
Mientras tanto, el gobierno central ha mantenido una postura menos autocrítica. El presidente Pedro Sánchez anunció un paquete adicional de ayudas por 3.700 millones de euros para los afectados, alcanzando un total de 14.300 millones. Sánchez destacó la labor de los servidores públicos y mostró su respaldo a la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera y evitó pronunciarse sobre la gestión de Mazón, aunque el Partido Socialista ha utilizado la crisis para cuestionar la capacidad de la Generalitat en la gestión de emergencias.
La ministra Teresa Ribera también ha estado en el centro de la polémica debido a la respuesta de su departamento. Su equipo se enfocó inicialmente en el posible desbordamiento de la presa de Forata en el río Magro, ignorando el riesgo que presentaba el barranco del Poyo, que finalmente fue el que causó graves inundaciones. E
En respuesta a las críticas por su silencio, Ribera ha solicitado comparecer ante el Congreso el próximo 20 de noviembre para explicar la actuación de su ministerio. Esta decisión ha sido cuestionada por la diputada popular Dolors Montserrat, quien en redes sociales señala que la ministra "ha estado escondida" y considera que su comparecencia podría responder más a una estrategia de lavado de imagen que a un acto de transparencia. La comparecencia de Ribera coincide con su evaluación en la Eurocámara para un posible cargo como vicepresidenta ejecutiva en la Comisión Europea, lo que ha añadido presión sobre su gestión de la crisis.