VIVIENDA

Cuando vivir en un hostal es más barato que un alquiler: "Prefiero pagar 600 a 1.200 euros al mes"

Miriam Méndez

Madrid |

Vivir en hoteles, hostales o, incluso, residencias de estudiantes: ¿son alternativas más baratas al alquiler? | Pixabay

Emiliano, nombre ficticio para presevar la identidad del entrevistado, tenía un plan. O, al menos, eso creía. Actualmente tiene 41 años y hace más de dos que su hogar es una habitación compartida en un hostal a las afueras de Madrid.

Lo que empezó como una solución temporal, una escapatoria ante una ruptura amorosa y la falta de un lugar donde quedarse, se ha convertido en su modo de vida. Al principio, su plan era claro: pasar un par de semanas en el hostal mientras encontraba un apartamento más estable. Sin embargo, lo que a priori serían 14 días, se convirtieron en meses, y, posteriormente, en años. Ahora, su pequeña cama compartida con otros cinco inquilinos es el espacio que llama "hogar".

No obstante, lo que para muchos sería una incomodidad extrema, para Emiliano ha sido una solución práctica, económica y, en cierta forma, liberadora. "Cuando llegué, no sabía cuánto tiempo estaría. Pensé en algo temporal, pero luego me di cuenta de que estaba cómodo aquí y que era una opción más barata que alquilar un piso en el centro de las grandes ciudades, como Madrid, Barcelona o Valencia", explica.

La realidad de Emiliano no dista demasiado de la de Javier, quien también eligió una opción distinta al alquiler convencional. Cuando se mudó de su ciudad natal para trabajar lejos de casa, lo hizo con muy poco tiempo de reacción. Desde la confirmación de su contrato hasta el inicio del empleo, apenas pasaron unos días. "Necesitaba encontrar alojamiento urgentemente, y la residencia de estudiantes, ubicada en el humilde barrio vallisoletano de Pajarillos, me ofrecía lo que buscaba: un lugar donde vivir mientras conocía gente nueva", comenta.

Además de la comodidad de la residencia, que le ofrecía instalaciones modernas y un ambiente adecuado para su vida laboral, Javier destaca esta opción por ser "más simple" en comparación con alquilar un apartamento. No tenía que preocuparse por gestionar facturas de electricidad, agua o internet, ya que todo estaba incluido en una tarifa fija. Por lo tanto, aunque en un principio pensaba que alquilar un piso sería más económico, pronto se dio cuenta de que, al sumar todos los gastos adicionales, los costes no se alejaban mucho de lo que pagaba por la residencia, incluso, alcanzaban cifras superiores.

Uno de los principales factores macroeconómicos que han llevado a Emiliano y Javier a esta situación, según informa la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias (FAI), es que la disponibilidad de viviendas para alquiler residencial ha disminuido un 30,5% desde que entró en vigor la nueva Ley de Vivienda, el 26 de mayo de 2023, debido a la retirada de numerosos propietarios, en su mayoría pequeños arrendadores.

Por su parte, la empresa de tasación UVE Valoraciones señala otro de los factores responsables de esta circunstancia que, al igual que Emiliano y Javier, viven otros españoles hoy en día: la oferta de viviendas en alquiler ha alcanzado niveles históricamente bajos, situándose un 28% por debajo de la que existía en 2020, cuando se produjo un aumento derivado del traspaso de viviendas turísticas al mercado de alquiler debido a la pandemia.

Finalmente, el precio del alquiler no deja de subir. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio del alquiler en España ha aumentado de 11,8 €/m² en octubre de 2023 a 13,0 €/m² en septiembre de 2024, lo que representa un crecimiento acumulado del 10,2% en un año.

Ante esta situación, cabe preguntarse: ¿cuál es la opción más viable y económica para quienes buscan un lugar donde vivir? ¿Compensa realmente alquilar un apartamento tradicional, o es más rentable optar por alternativas como residencias de estudiantes, hostales o, incluso, habitaciones en hoteles? Debido a la inclusión de servicios adicionales, ¿podrían estos modelos de vivienda convertirse en la nueva norma?

El precio de un hogar sin paredes

Emiliano nunca imaginó que acabaría durmiendo todas las noches bajo el mismo techo que turistas y mochileros de todo el mundo. "Al principio, era solo una opción temporal. No quería molestar a nadie y pensé que en un par de semanas podría encontrar un sitio donde quedarme. Pero los alquileres en Madrid... ¡Imposibles!", cuenta mientras ajusta su mochila, donde, junto a un pequeño locker, guarda todo lo que posee.

Su habitación en el hostal cuesta 20 euros la noche, un total de 600 euros al mes, aunque después de mucho tiempo logró negociar un pequeño descuento. "No parece mucho, pero cuando te pones a hacer cuentas, el alquiler de un piso puede estar entre los 800 y 1.200 euros mensuales, como mínimo, sin contar los servicios. Por lo tanto, en cierto modo, ¡esto me sale más barato!", dice Emiliano con una mezcla de resignación y una leve sonrisa.

En las grandes ciudades españolas, como Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla, entre otras, donde el alquiler promedio puede superar los 1.200 euros mensuales, es difícil encontrar una vivienda accesible, sobre todo si se consideran otros costes asociados, como las facturas de servicios y los depósitos iniciales, que pueden representar varios meses de renta. "La opción de vivir en un hotel u hostal puede parecer, a priori, poco viable, pero para personas con ingresos variables, que trabajan de forma temporal o freelance, ofrece flexibilidad sin los compromisos a largo plazo de un contrato de alquiler", explica Valentín Pich Rosell, presidente del Consejo General de Economistas de España.

"Además, vivir en un hotel u hostal puede cubrir ciertos gastos adicionales como electricidad, agua, limpieza, e incluso servicios como internet o desayuno, lo que puede reducir las responsabilidades del inquilino", continúa el economista. No obstante, Pich Rosell advierte de que, en la mayoría de los casos, vivir en un hotel es una "solución temporal y poco sostenible, ya que a largo plazo, los costos por noche en un hotel suelen exceder significativamente los precios de alquiler". "Es una opción que algunas personas utilizan mientras encuentran una vivienda más permanente o cuando prefieren no comprometerse con contratos prolongados", añade el experto.

El problema de la planificación urbana en las grandes ciudades españolas

La planificación urbana en las ciudades españolas densamente pobladas ha sido insuficiente para enfrentar la creciente demanda de viviendas. Desde hace dos décadas, comunidades como Cataluña o Madrid han experimentado una expansión significativa en su población, especialmente con la llegada de inmigrantes y jóvenes que se mudan por oportunidades laborales.

Sin embargo, la oferta de nuevas viviendas no ha crecido a la misma velocidad. Además, el limitado espacio disponible para la construcción y las restricciones en las normativas urbanísticas han ralentizado la creación de nuevos desarrollos habitacionales.

"Cuando llegué a Madrid, pensé que encontraría un apartamento en poco tiempo", señala Emiliano. "Ahora, dos años después, veo que no solo es difícil, sino que los precios son ridículos. En mi caso, me resulta más económico quedarme aquí, aunque no sea lo que había imaginado". Pero más allá de las ventajas económicas, vivir en un hostal también te pone a prueba. "No tienes espacio personal, ni siquiera en el baño", confiesa.

Sus cosas caben en un pequeño canasto, y su locker es del tamaño de una maleta. "Cada día convives con cinco personas distintas. Aprendes a vivir sin muchas comodidades, y hasta te haces menos exigente con la higiene". Hablamos, por lo tanto, de un costo invisible, más emocional que financiero, pero que pesa a medida que pasa el tiempo.

Javier, por su parte, relata que, cuando se mudó a Valladolid, "No tenía otra opción". "Alquilar un piso era imposible con los precios que hay actualmente, además, había muy poca oferta, incluso para alquilar una única habitación. Sin embargo, en la residencia de estudiantes tengo todo incluido: gimnasio, salas de estudio, sala de ordenadores, sala de lavandería, comidas… Por lo tanto, en líneas generales, me sale más barato que pagar un alquiler, donde todos los gastos adicionales corren por mi cuenta", añade.

Alquiler, hotel, hostal, residencia de estudiantes... ¿cuál es la alternativa más económica?

Emiliano y Javier no son los únicos que han acudido a alternativas, como hoteles, hostales o residencias de estudiantes, a modo de refugio en tiempos de crisis habitacional. "He visto pasar a muchos por aquí", confiesa Emiliano. "Latinoamericanos que buscan una vida mejor, españoles jóvenes que están empezando a trabajar... Todos buscando algo temporal hasta encontrar un piso. Pero algunos, como yo, nos quedamos más tiempo de lo previsto".

Pich Rosell describe esta situación como un reflejo de un "sistema habitacional desbordado". Asegura que "el mercado de alquiler está completamente descontrolado" y aboga por fomentar la colaboración público-privada para desarrollar viviendas asequibles, sugiriendo que "si las administraciones cedieran suelo a cambio de viviendas, podríamos ver un cambio significativo en la oferta".

En cuanto a las opciones de alojamiento, los hostales se perfilan como la alternativa más económica, especialmente en áreas rurales, con precios que oscilan entre 15 y 20 euros por noche. Esto resulta en un costo mensual de entre 450 y 600 euros, como máximo. No obstante, estas condiciones son, generalmente, más rudimentarias.

Las residencias de estudiantes ofrecen un entorno más estable, con tarifas que varían entre 600 y 800 euros mensuales, incluyendo servicios como limpieza y acceso a áreas comunes. En contraste, el alquiler de un piso se sitúa entre 900 y 1.200 euros, mientras que las habitaciones de hotel, especialmente en ciudades como Madrid y Barcelona, pueden costar entre 150 y 200 euros por noche, alcanzando 4.500 a 6.000 euros mensuales, lo que las convierte en una opción insostenible a largo plazo.

Por lo tanto, aunque vivir en un hotel puede ser conveniente para estancias cortas, es poco viable a largo plazo. Las opciones más económicas, como los hostales y residencias de estudiantes, representan alternativas viables para quienes buscan un hogar, mientras que el alquiler de viviendas ofrece mayor comodidad. "Al final, la elección dependerá de las necesidades individuales y la duración de la estancia, así como de la capacidad para adaptarse a diferentes entornos", concluye el experto.