OPINIÓN

Hasta pronto, Lucas

Lucas Boyé se marcha del Elche por la puerta grande, convirtiéndose en el traspaso más alto de la historia del club franjiverde y con una emotiva carta que pone en valor el cariño recibido por la afición y por el club ilicitano

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Boyé, es tu final

Monserrate Hernández

Elche | 30.08.2023 22:26

Lucas Boyé celebra el gol de la victoria en Mallorca | SONIA ARCOS / ELCHE CF

Lucas Boyé ya es nuevo futbolista del Granada. El delantero argentino deja atrás un rastro que va más allá de sus cien partidos como franjiverde en Primera División y sus 21 goles como futbolista del Elche. No fue capitán; tampoco tribunero, ni amante de la prensa ni de besarse el escudo. De hecho, si alguna vez lo hizo, yo no lo recuerdo.

Boyé es alguien que ha dejado una huella muy especial. Un joven normal que tuvo que migrar pronto desde San Gregorio, tras pasar por River Plate y Newell's, para buscarse la vida en Europa. Que pasó por Italia, España, Grecia e Inglaterra antes de encontrarse con un oasis de felicidad y palmeras llamado Elche.

Un chico que tuvo que bloquear a miles de cuentas en las redes sociales por ser objeto de burla y críticas por parte de otros tantos seguidores. Que no encontró su sitio en Torino, Celta, AEK Atenas y Reading. Alguien que tuvo que soportar la pregunta de si se consideraba un goleador con las estadísticas que se había echado en la malera. Hasta que Christian Bragarnik le tiró una mano y le rescató para el Elche. Él hizo el resto.

Lucas es ese chico que con máxima educación te rectifica una noticia cuando le dices que se quiere ir al Sevilla cuando él, en realidad, aceptó dos veces seguir en el Elche para renunciar a dar el salto a uno de los grandes de LaLiga. Ahora, con el descenso, a la tercera y con mucha pena, se despide de su gente.

No le ha hecho falta saltar a la grada o correr detrás de balones imposibles para ser admirado y respetado por todos. Y para convertirse en el fichaje más caro de la historia del Elche, con un montante global que puede alcanzar los diez millones de euros y que, de momento, ya deja siete kilos en la caja por el 70% de su pase.

Con trabajo, profesionalidad, esfuerzo, compromiso, respeto, buen fútboly una carta escrita desde el corazón también se ha ganado mi respeto.

Hasta pronto, Lucas.

Carta de despedida de Lucas Boyé al Elche

Con la panza todavía llena de emociones, intentaré resumir lo que significó Elche para mí durante estos tres años:

Me toca despedirme de un lugar donde realmente fui feliz y tuve la suerte de poder disfrutar de lo que más me gusta hacer: jugar al fútbol. Desde el primer hasta el último minuto me hicieron sentir tanto amor que por momentos, sinceramente, creo que ha sido hasta exagerado, pero aun pensando esto lo aceptaba porque me llenaba el corazón de una manera que no imaginan.

No es algo de todos los días poder disfrutar como un chico de jugar al fútbol con tanta gente que te quiere y en un lugar tan lindo. Por eso para mí fueron tan especiales estos años con ustedes.

Me voy con la conciencia tranquila de no haberme guardado nada en ningún momento, seguramente con muchos más errores que aciertos, pero con la seguridad de que intenté siempre dar todo lo que tenía.

Por otro lado, está la gente del club (compañeros, trabajadores y cuerpos técnicos) que necesitan una mención especial; personas con las que compartí miles de mañanas, viajes, concentraciones, personas que desde dentro hacen que el club sea igual de lindo que como lo ven y lo sienten ustedes, personas con las que da gusto estar, personas que se convierten en una segunda familia y a las que les debo tanto como a todos ustedes.

En fin, podría estar cinco horas escribiendo lo que significaron en mi vida estos tres años hermosos con la camiseta del Elche… Muchas gracias por todo, gente. Fue un verdadero placer defender este escudo.

¡Les quiero y les voy a extrañar!

Mucho Elche siempre.

Lucas