La rompida de la hora de L´Alcora
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Reúne cada Viernes Santo más de 2000 tambores en la plaza de España de Alcora para tocar al unísono a las 12 en punto del mediodía. Con ellos se vuelve a vivir el cataclísmo, la tormenta y las sensaciones que dicen las escrituras que tuvieron lugar a la muerte de Jesucristo.
La idea se le ocurrió a José Luís Esteban, nacido en Zaragoza pero más alcorino que los propios nacidos en el pueblo, que toma conciencia de las bondades de Alcora justo cuando estaba estudiando medicina en Zaragoza. En 1976 José Luís Esteban se embarca en las escasas celebraciones de Semana Santa en una cofradía compuesta en aquel entonces, sobretodo por los jóvenes estudiantes del pueblo. Dos años más tarde, encapuchado con el atuendo de la Semana Santa y para la procesión de las caidas, Vicente Álvaro le pide que toque el tambor, es la primera vez que suena un tambor en la Semana Santa de Alcora, lo toca tan mal que decide crear un grupo de ensayo para dignificar el instrumento y su presencia en la Semana Santa de Alcora. Comienzan entonces las visitas a La Puebla de Hijar y los contactos con el último artesano del tambor hecho a mano, Tomás Gascón, que provee de tambores de alta calidad al joven grupo de tambores de Alcora. Surge a partir de ahí la buena relación con otros grupos de tambores de todo el país, se ensayan melodías nuevas, se realizan en Alcora jornadas de exaltación del tambor y un Viernes Santo de 1991 nace la primera Rompida de la Hora de Alcora, con el inicio del más pequeño de la Cofradía del Santisimo Cristo del Calvario. A pesar de que en 1993 un pequeño grupo de detractores de la iniciativa pretende prohibir la Rompida de la Hora de Alcora, el alcalde de entonces, Vicente Safont y el párroco, Mosén Membrado, apoyan la idea y deciden potenciarla. Así nace la Rompida de la Hora de Alcora, la única en el mundo multicolor, por estar abierta a cualquier tamborilero de cualquier cofradía del mundo. De hecho, se ha convertido en santuario de consagración de todo tamborilero que se precie de serlo.
Ha sido declarada recientemente Fiesta de Interés Turístico Autonómico y hace cuatro años consiguió la declaración de Bien de Interés Cultural por lo que opta en 2018 a la candidatura de Patrimonio de la Humanidad. Por todo esto el jurado de los Premios Onda Cero 2016 ha decidido reconocerla con la distinción del Premio Onda Cero de las Tradiciones y las Fiestas que recibirá el próximo 2 de junio en el Auditorio y Palacio de Congresos de Castellón.