Ignacio Varela: "La hermandad de los huérfanos políticos"
Ignacio Varela, nuestro sabio de sábado, reflexiona en 'Por fin no es lunes' sobre los resultados de una encuesta del CIS que analiza los elementos de identificación social. La ideología queda relegada a un cuarto puesto y, en cambio, su importancia social parece determinante por la acción de la clase política.
Ignacio Varela ha analizado una nueva encuesta del CIS para exponer sus reflexiones de sábado. Preguntados por los rasgos de identificación que vinculan a los encuestados con otras personas, la encuesta concluye que el 42 por ciento de los españoles se identifican, sobre todo, con las personas de su generación, el 36 por ciento con aquellas personas con las que comparten gustos y aficiones y, seguidamente, con sus compañeros de trabajo o profesión.
Por lo tanto -explica Varela-, "nos aproximamos más a los demás por la edad, las aficiones y el trabajo, que por la ideología, la clase social, la identidad regional o la religión", parámetros que representan el 17%, el 11% y el 5% respectivamente.
"Desde el punto de vista del perfil sociológico, actualmente lo más parecido que hay a un votante del Partido Socialista es un votante del Partido Popular", agrega el sabio apuntando que, de hecho, "el retrato robot del elector del PSOE es mucho más parecido al del votante del PP que de Podemos".
Las contradicciones de nuestra sociedad
A pesar de lo revelador de esta información, lo cierto es que vivimos en una sociedad condicionada y gobernada por las políticas enfrentadas. Gran parte de la ciudadanía solicita colaboración institucional y, además, demanda acuerdos entre los grandes partidos para resolver las problemáticas comunes, pero "cuando se plantea una política de concertación nacional, la respuesta es que eso es imposible", arguye Varela antes de cuestionarse el porqué de esta respuesta.
"Vivimos una contradicción angustiosa: por un lado, el progreso y la globalización han ampliado el espacio de lo común; pero por otro, los dirigentes políticos agudizan todo lo que nos divide y nos enfrenta", explica el sabio.
"La política actual en España tiene vocación antagónica: es mucho más identitaria que comunitaria, es más centrífuga que centrípeta y trabaja mucho más para agudizar los disensos que para construir consensos", añade Varela tras explicar mediante aquellos conceptos el modo en el que la política española empuja hacia la dispersión y la fractura social.
Precisamente, por este motivo, el sabio concluye que "esta política es objetivamente tóxica para la sociedad y para el progreso ya que, además de afectar a la convivencia, paraliza el país y mata las reformas antes de nacer", incide.
La mayoría de los huérfanos políticos
Sin embargo, Ignacio Varela está convencido de que se cuentan por millones las personas que no terminan de sentirse representadas con estos enfrentamientos políticos.
"Me siento triste, pero orgulloso de pertenecer a la hermandad de los huérfanos que creemos en la política como empresa colectiva y que, además, pensamos que la vida es mucho más que la política; creemos en la comunidad que nos une mucho más que en las identidades que nos dividen, creemos en el Estado, en las reglas de juego y en los partidos políticos cuando deciden ser útiles" confiesa Varela apuntando que "no pretendemos tener el monopolio de las buenas intenciones".
Y es que nuestro sabio esta convencido de que, independientemente de la ideología que se profese, por lo general, el individuo aspira al bien colectivo a pesar de que el modo de conseguirlo genere acalorados debates. Por ello, aboga por la escucha activa y por el consenso, un planteamiento que no considera ingenuo porque lo cierto es que "los países que piensan así son lo que mejor progresan y los que más éxitos consiguen", subraya.
"Parecemos pocos porque no gritamos ni mandamos, pero en el fondo de mi corazón sigo creyendo que somos mayoría", concluye el sabio.