Una de nuestras herramientas favoritas para demostrar que no somos culpables de algo son las excusas. Hay excusas de ocasión y las hay universales. Las excusas son una mentira envuelta en un poquito de verdad.
Este miércoles en el Congreso descubrimos que para el presidente del Gobierno todos los problemas económicos de España se deben a la Guerra en Ucrania. Putin, que es un villano universal, resulta ideal también para el sustituir a la pandemia en el papel de culpable universal.
Pedro Sánchez lleva casi cuatro años como presidente y en todo este tiempo no ha habido un fracaso del que se haya hecho responsable ni un éxito que no se haya atribuido. Es un auténtico virtuoso en este juego de si sale cara gano yo y si sale cruz pierdes tú.
El populismo no es otra cosa que la política de la excusa permanente. Para ellos el pueblo siempre es inocente, por tanto el poder siempre es culpable. Salvo cuando ellos llegan al poder y los culpables son los otros poderes.
Todos vamos por la vida con nuestro catálogo de excusas para justificar por qué hacemos lo que no debemos o por qué no hacemos lo que debemos.