Mario Viciosa ha señalado que este lago de origen natural y gran profundidad ha sido testigo de transformaciones geológicas significativas.
Sumergirse en las profundidades del lago permite observar motitas blancas flotando, lo cual ha sido un enigma hasta ahora. Viciosa explica que cuando un lago es sumamente profundo, parece un abismo de otro mundo, donde las aguas superficiales no se mezclan con las del fondo, creando una especie de zona intermedia entre dos mundos.
Durante el invierno, el lago se congela y su fondo permanece tranquilo. Sin embargo, cuando el agua se vuelve líquida en la superficie, caen las cosas que se han ido acumulando año tras año, formando capas sucesivas de estratos en el fondo.
A partir de 1950, se notó un cambio significativo en las capas del lago Crawford donde los estratos adquirieron un aspecto diferente. ¿La causa? Los ensayos nucleares realizados durante esa época.
El impacto de la industria fósil ha sido tan significativo que, de los miles de años en los que los humanos han poblado el planeta, solo el último siglo ha dejado una marca geológica clara. No hay duda de que una sola forma de vida, la humana, ha dejado su huella en prácticamente todas las demás, llevando a la extinción de especies y propiciando la aparición de otras nuevas.