El gobierno presenta a los agentes sociales las lentejas de la reforma de las pensiones. Un proyecto que consiste en ingresar a costa de que los sueldos más altos y de que las empresas paguen más cotizaciones sociales. Dice el gobierno que así se garantiza el sistema. Pues las cuentas no salen. Lo que el nuevo sistema va a aportar a las arcas del estado es una cantidad equivalente al 1,2% de nuestro PIB. El agujero de las pensiones cuando lleguen los baby boomers se estima hasta del 3'5%. Así que, por más que nos cuenten, el sistema va a seguir sin ser sostenible. El gobierno no está garantizando el futuro de las pensiones. Pero si, tranquilizar a Bruselas, azuzar contra los ricos y los empresarios, calmar a los actuales pensionistas y tapar el agujero aunque sepan de sobra que es un parche y no precisamente de los que duran para siempre.