Ya sabemos que ni unos ni otros son especialmente vergonzosos en glosar a los cuatro vientos sus logros cuando piensan que pueden sacar un rédito electoral.
Sin embargo, esta vez guardan silencio sobre la agenda, los detalles o el formato.
Siendo optimistas podríamos pensar que el encuentro destila cierto bochorno por ambas partes.
Desde el realismo, quizá es que sea mejor no menear lo que huele regular.