Hoy tengo que hablar del hackeo que ayer impactó en España y en medio mundo. Suena fuerte pero los malos han infectado decenas de miles de redes de empresas y organismos públicos con 'ransomware'. Ransom significa rescate en inglés y ware es por software. Es decir, son programas informáticos que se introducen por troyanos en redes para encriptar o impedir el acceso a los archivos del sistema infectado. Todo se encripta y lo único que el usuario lee es una nota de rescate, donde se le pide que pague dinero para poder acceder a sus sistemas.
Francisco Sierra
Madrid | 13.05.2017 09:10
Este
hackeo tiene unos componentes únicos hasta ahora.
El primero, es que es
un ataque masivo en decenas de países. El segundo es que, de
momento y por lo que sabe, parece que no buscan robar bases de datos ni
información de clientes. Sólo quieren dinero. El tercero es que ese dinero lo
quieren en bitcoins, moneda que en las últimas dos semanas ha tenido compras
masivas desde Asia que han provocado que se revalorice su precio.
El
cuarto, es que justamente los ataques masivos parece que proceden
espacialmente de China y Japón. El quinto es que lo malos no solo pueden
obtener el dinero del rescate, sino además los beneficios de esos bitcoins
comprados baratos y cuyo valor se está disparando más por la demanda.
El sexto,
es que con los bitcoins no se pueden rastrear ni el emisor ni el receptor,
aunque al ser cuentas públicas sabemos que muchos han pagado ya.
Y el
séptimo y más sorprendente, es que algunas fuentes expertas en
ciberseguridad aseguran que la infección se ha realizado por
vulnerabilidades de determinados sistemas operativos que quedaron al
descubierto cuando Wikileaks hizo público hace unos meses los sistemas
que usaba la CIA para su espionaje.
Nunca
se había producido un ataque tan global. Muy seguros están los malos de
su impunidad. Esperemos que no se extienda esta nueva forma de saqueo
cibernético que puede bloquear desde una red hospitalaria a un banco.
Parece que otra vez los malos de las pelis de Hollywood han llegado a nuestra realidad. Esperemos que los héroes no tarden mucho en derrotarlos