Marta Macho Stadler nos habla de 'Científicas escondidas', nuevo nombre para la sección por los seudónimos y disfraces que algunas mujeres se vieron obligadas a utilizar para estudiar y trabajar como los hombres en este ámbito.
En primer lugar, mencionamos a Sophie Germain, una de las mentes más brillantes de las matemáticas, que tuvo que firmar como Antoine Auguste LeBlanc para poder cartearse con Carl Friedrich Gauss.
Además, conocemos la historia de Jeanne Baret, una botánica francesa conocida por ser la primera mujer en dar la vuelta al mundo.
Finalmente, hablamos de un cirujano que vivió su vida adulta como un hombre, pero que fue asignado el género femenino al nacer y como tal fue educado: James Barry.