Belén de A Coruña nos cuenta que tiene dos tías que pintan y que ella sufre las consecuencias. "Una lo hace bastante bien, pero son bodegones que no van mucho con mi estilo; y a la otra le da por pintar con perspectivas y no da una", explica. Y confiesa su truco para no tener que colgar los cuadros: "Aproveché una mudanza para dejar de ponerlos, porque les dije que pesaban mucho y que no los podía colgar porque se rompía la pared", dice.
Desde Barcelona nos llama José María, que asegura que tiene en casa "un rincón que parece un bazar chino, pero me da pena tirarlo". Y propone crear "el día del enemigo invisible" para deshacerse de los objetos que más odia. "Así me quito el muerto de encima y se lo cargo a mis enemigos sin que sepan quién se lo manda", sentencia.
Nos vamos a Valladolid para escuchar a Mario. Cuenta que él y su mujer son profesores de música y que en una ocasión "unos alumnos se empeñaron en regalarnos una serie de instrumentistas hechos con tornillos, tuercas y chapas". Y señala que "lo bueno que tienen es que no suenan".
Y Luis de Madrid nos habla de un conocido suyo que tenía en la pared del salón "un fusil antiguo, un machete, una pistola, un tricornio y una bandera". "Su mujer estaba desesperada", asegura, y añade que aunque ella "ha ido ganándole el pulso poco a poco, todavía parece que está uno en un cuartel".