La alianza PSOE-Unidas Podemos sigue siendo la opción progresista, pero todavía con menos escaños. Lo que pudo ser y no fue, que era la clara mayoría Sánchez-Rivera, ya resulta imposible porque el votante le aplicó la guadaña.
Y, o vamos a una alianza de cinco, PSOE, Podemos, Ciudadanos y Más País con la abstención independentista, un Frankenstein con enormes dificultades de coherencia, o se empiezan a agarrar a la colaboración PSOE-PP. La gran coalición no la veremos, Casado sueña con forzar la caída de Sánchez, pero deja abierta una puerta con su espera de lo que Sánchez le diga.
Esto quiere decir que Sánchez sigue teniendo la llave, condicionado por la certeza de que todos querrán explotar su debilidad. Panorama aún más endemoniado, con una sola certeza: por vergüenza torera no se pueden repetir elecciones, para no cabrear todavía más al personal y porque puede ganar Vox.
Ese es el aguijón que cada líder tiene esta mañana en sus posaderas. Empieza la segunda batalla contra el bloqueo y a este cronista le duele que no haya un líder ni un partido capaz de seducir a más a más del 28 por ciento de la sociedad. Esa es la crisis política.