Madrid | 23.12.2021 07:35
Me vas a permitir que, mientras no se conozca el contenido exacto de lo pactado, me reserve el balance definitivo. Lo único que puedo decir es que lo conocido suena bien.
Si los sindicatos aceptan lo medular de las propuestas de la patronal y supieron renunciar a lo que parecía irrenunciable, es que demostraron disposición a ceder, esencia de cualquier acuerdo. Si la patronal no encuentra problemas para firmar, es que se aceptó lo sustancial de sus aspiraciones, y creo que lo sustancial era la flexibilidad en la relación laboral.
En estos momentos, antes de que Garamendi reúna a su directiva y Álvarez y Sordo hagan su consulta a no sé muy bien qué bases, entiendo que se puede cantar victoria. Lo que falta es poner el microscopio a la letra pequeña y acordar las subcontrataciones.No parecen obstáculos insalvables.
Y, a efectos de propaganda, lo que Alsina viene anunciando en los últimos días: aquello de la derogación total, aquello de no dejar letra sobre letra de la legislación mariana, ha sido un farol. Alguien se ha tenido que tragar sus palabras.
Espero que Bildu vote en contra de la reforma, alivio para el presidente, porque lo está contaminando demasiado. Espero que Unidas Podemos, encabezado por Yolanda Díaz, se haya dado un baño de realidad. Y espero que se haya cumplido el más respetable de los principios: se corrige lo viejo; se mantiene lo que demostró que funciona y puede funcionar mejor. El león, querido Alsina, no era tan feroz.