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Fernando Ónega: "Desde la Plaza de Colón, todo vale, menos la foto que aporte la prueba"

Los vetos políticos, querido director, tienen una duración proporcional a la proximidad del reparto del poder.

Fernando Ónega

Madrid | 10.06.2019 07:36 (Publicado 10.06.2019 07:34)

Cuanto más lejos está el poder, más se pueden mantener. Incluso con expresiones épicas que parece imposible borrar.

Pero cuando el poder se acerca y la disyuntiva es cogerlo o perderlo, se produce un corrimiento de tierras que sepulta los viejos compromisos y acerca a los contendientes. Eso es lo que se acaba de comprobar en la Comunidad de Madrid: una ruptura de las llamadas tres derechas por la incompatibilidad de Ciudadanos y Vox daría el gobierno regional a la izquierda.

Los malos serían, por igual, los dos partidos. Uno, por poner el contacto con Ciudadanos como condición, y el otro por poner la exclusión de Vox como prevención de contacto maligno y contagioso. Ninguno de los dos quiso pagar ese precio y celebraron, según dicen, una reunión cordial y con la única prevención de no hacerse una foto. La foto es lo único que queda de línea roja. Desde la Plaza de Colón, todo vale, menos la foto que aporte la prueba.

En el caso de Ada Colau, tiene la suerte de la campeona: puede mantener el cordón sanitario con Valls, pecaminoso francés enredado con Ciudadanos, pero, claro, la pobre no puede rechazar sus votos. No los quiere, Colau no quiere esa contaminación, pero no hay forma de mantener su pureza ante el regalo sin condiciones que le hace Manuel Valls. Es un ejemplo de cinismo, pero el cinismo, si da el gobierno, es una virtud.