Isabel Serrano no ha sido condenada por intentar para un desahucio. Ha sido condenada por un delito de atentado, por insultar, empujar y arrojar objetos a las fuerzas de seguridad durante un desahucio, no por un desahucio.
Un vicepresidente del Gobierno no es el anónimo tuitero que desde el wifi de sus padre opina sobre los asuntos que se le antojan, y que tiene razón el poder judicial en inquietarse por las criticas de Iglesias y las de sus ministros a la sentencia.