opinión

Monólogo de Alsina: "Se acabaron las homilías"

Carlos Alsina reflexiona en Más de uno sobre el final del estado de alarma y con ello, el final de los discursos de Pedro Sánchez. Por otro lado, analiza lo último sobre el "serial" del rey emérito Juan Carlos I y sobre el serial de Pablo Iglesias y la tarjeta de memoria.

Carlos Alsina

| 22.06.2020 08:16

En puertas del día San Juan y, más aún, de la noche de San Juan. Que es mañana. Y que tiene una larga tradición de fiestas multitudinarias, hogueras y verbenas en todo el país. En las playas, allí donde hay playas.

La España que acaba de salir del estado de alarma se pregunta cómo van a ser las fiestas populares de este verano, empezando por San Juan mañana. En muchas comunidades autónomas siguen prohibidas las fiestas, las ferias y las verbenas. El problema son las fiestas particulares. Ahora que no hay confinamiento, tampoco hay restricciones para hacer vida en casa.

En Cataluña, donde hay costumbre de organizar fiestas de San Juan en los domicilios (quien tenga casa con espacio, se entiende) el gobierno autonómico ha pasado de recomendar que no se juntaran más de veinte personas a admitir que pueden juntarse todas las que quieran. Le preguntaron al consejero de Interior Miquel Buch en TV3 si se puede celebrar una fiesta privada para 150 personas.

El gobierno catalán no pierde ocasión de criticar, como ven, al gobierno central. Si dices que no pueden juntarse más de diez personas pero no dices cuántas ve-ces, pues te pueden hacer una reunión con diez distintos en casa cada hora. Me-nos mal que aquí está el gobierno Torra para arreglarlo: que se junten los que quieran pero que se anden con cuidado.

El verano ha empezado a medio gas, sin grandes evasiones en coche camino de la costa, con los turistas llegando aún con cuentagotas y con la mayoría de los españoles resignados a no salir de vacaciones este año.

Aún tenemos epidemia en España. Controlada y con números que nada tienen que ver con los peores días que hemos sufrido, pero todavía con nuevos contagios. 140 en las últimas 24 horas y un fallecido. Desde ayer pueden entrar en nuestro país, sin más control que la toma de temperatura en los aeropuertos, los ciudadanos del resto del Europa. Incluidos los británicos, que ya no son Unión Europea pero siguen siendo los visitantes principales de la Costa del Sol, de Benidorm y de Ibiza. La preocupación por los posibles casos importados no está tanto en los europeos que ya vienen como en los procedentes de otros continentes, América sobre todo, a partir del primero de julio.

Con el final del estado de alarma ha llegado el final de las homilías. El presidente Sánchez apaga el telepronter y los focos del fin de semana y devuelve todas sus competencias a los programadores televisivos.

Ningún presidente consumió tantas horas de televisión y dedicó tantos minutos a repetir las mismas cosas. Le cogió gusto Sánchez a la parrafada larga. Hubo semanas en que tuvo cosas relevantes que anunciar (y estuvo más que justificada su presencia) y hubo semanas en las que todo fue afán por ocupar la antena.

En el último episodio de su programa semanal, quiso el presidente agradecer a la sociedad el esfuerzo que ha hecho y recordarle de nuevo este número que él ai-ea como prueba del acierto de las medidas que ha tomado.

Nada como un número, un dato, para dar consistencia a lo que estás contando. El dato sugiere que hay una evidencia científica que te avala. No es el caso. El número de vidas salvadas no deja de ser una especulación fruto de aplicar un modelo matemático. Cuando el presidente dice que hay 'estudios independientes' que lo dicen se está refiriendo sólo a uno: el informe de la Imperial College que ya contamos aquí. Y ya contamos aquí cuáles son sus dos problemas:

· Uno, que es la misma universidad que calculó que siete millones de españoles habían estado contagiados cuando el dato oficial es de 245.000 y el estudio de seroprevalencia lo situó en dos millones y medio. El modelo patinó.

· Dos, que la estimación parte de la premisa de que sólo las medidas gubernamentales han tenido el efecto de contener los contagios, dando por hecho que de no haber habido confinamiento nadie habría tomado precaución alguna. Si no hubiera intervenido el gobierno, habríamos seguido tocándonos, y besándonos, y manifestándonos todos, ésa es la idea.

Hombre, el riesgo de atribuirte un número concreto de vidas salvadas es que alguien te haga el cálculo de cuántas se podrían haber salvado de haber confinado a la población una semana antes. O de cuántos contagios no habría habido de haber recomendado el uso de mascarillas en lugar de satanizar a quienes iban a la farmacia en febrero a comprárselas.

El presidente usa el dato (especulativo) de las vidas salvadas pero no alcanza a explicar el dato (impreciso) de las vidas perdidas. Los 48.000 fallecimientos que señala el INE también son una estimación: las muertes que habría habido en un año sin coronavirus y las que ha habido en este año con coronavirus. Pero esa estimación el presidente la aparca. Para las vidas salvadas abraza el cálculo por lo alto; para las vidas perdidas la estimación que eleva las 28.000 oficiales está proscrita. Doble vara de medir que nada tiene de científica y que lo tiene todo de política. De campaña de imagen política.

Seriales político-judiciales con capítulos nuevos. Hoy tenemos dos.

· En el serial 'no quiero saber qué más hizo mi padre', el rey Felipe remite a la nota que emitió el 15 de marzo y en la que explicaba que nunca estuvo al tanto de las operaciones que se atribuyen al rey de antes. Anteriormente en este serial un fiscal suizo señaló dos fundaciones como tapadera para el dinero obtenido, presuntamente, de comisiones saudíes. Y unos abogados británicos, contratados por Corinna, enviaron a la Zarzuela la carta en la que informaban de que Felipe era el beneficiario de esas fundaciones el día que don Juan Carlos muriera. El mismo periodista del Telegraph que publicó en su día que los abogados iban a hacer más cosas publica ahora que un empresario catalán, amigo del rey de antes, pagó más de la mitad del viaje de novios de Felipe y Letizia. El coste de la luna de miel habría sido de 467.000 dólares y el resto lo habría pagado el padre.

El periodista ha podido saber en qué destinos estuvieron los príncipes y en qué establecimientos hoteleros. Lo que hace pensar que le ha podido pasar la información quien organizara el viaje. Y el viaje, presumiblemente, lo organizó Corinna. El juicio en el que ella declarará como testigo, en favor --se supone-- del comisario Villarejo y en contra del director del CNI Sanz Roldán se ha pospuesto a septiembre.

· Y en el otro serial de estos días, 'la tarjeta de memoria que no era mía', ha publicado El Diario la explicación que da Podemos de por qué su líder Iglesias se quedó una tarjeta que no era suya en lugar de devolvérsela a su propietaria, Dina Bousselham. En realidad el asunto afecta exclusivamente a Iglesias, no al partido, pero El Diario dice que fuentes autorizadas del partido explican que cuando Pablo recibió la tarteja de manos de Antonio Asensio quiso ahorrarle a Dina la angustia de pensar que sus fotos íntimas pudieran acabar publicadas si hubiera más copias. 'Ahorrarle la angustia', suena entre condescendiente y paternalista. Y añaden las fuentes que en cuanto Ok Diario publicó parte del contenido, Iglesias entendió que ya no podía mantener esa protección y decidió informar a Dina y darle la tarjeta. Aquí la versión tiene un problema, y es que el juez en su auto sostiene que ella no recibe la tarjeta hasta 2017. Y Ok Diario publicó lo de Mariló en julio de 2016.

De julio de 2016 a enero de 2017 va un tiempito. Cinco meses de angustia sin ahorrar.

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