OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Los 100 metros que van de las urnas a las calles separan el referéndum de la performance"

Tres días más, y estará amaneciendo el domingo más incierto de los últimos tiempos en España. Del lunes, mejor ni hablamos.

ondacero.es

Madrid | 27.09.2017 07:59

A esta hora recibieron ayer la orden los Mossos d' Esquadra de visitar uno por uno los locales donde los Puigdemont-Junqueras quieren poner urnas para asegurarse de que no estén allí (las urnas), de que los responsables de esos locales públicos son conscientes de que no pueden usarlos para un referéndum suspendido y para proceder, antes de la madrugada del domingo, a precintar los locales y asegurarse de que no sean utilizados para consumar la desobediencia.

Cuánto empeño ponga el comisario jefe Trapero en verificar que sus hombres (y mujeres) cumplen la orden lo iremos viendo. Y cuánta voluntad tengan los directores de los colegios de sumarse a la insumisión, también. Ya saben que el comisario hizo el gesto de enviar a un propio a la cita con el coronel De los Cobos pero no ha pasado de ahí su resistencia. Y que los alcaldes independentistas están citando en el ayuntamiento, sin decirles para qué, a los vecinos a los que les ha tocado ser miembro de mesa electoral, en la tómbola de la gran mascarada, para entregarles en mano la notificación en vista de que resultó abortado el intento de hacerlas llegar por correo.

Los colegios deberán amanecer precintados el domingo y de manera muy visible. Y los Mossos han de asegurar que no se intente burlar el precinto ni colocar urnas en un radio de cien metros. ¿Y si las urnas las ponen en la calle a 150 metros? Pues ahí ya… Será un happening más que un referéndum, pero tampoco se descarta. Llegados a este punto, sabiendo que a los convocantes ya les vale cualquier cosa y que hay un sindicato agrario que insta a aparcar los tractores cerca de los colegios para velar porque haya referéndum, con los tractores, todo es posible ya en este esperpento.

La frase más repetida en las últimas horas es "si no fuera porque es lo que es". Si no fuera porque es lo que, un asunto tan serio, tan grave, tan nocivo para la convivencia, tan relevante para la prevalencia de la legalidad democrática frente a la embestida, "si no fuera porque es lo que es" empezaríamos a apreciar el lado cómico toda esta farsa.

Imagina que eres Rajoy. Te sientas con Trump en el despacho oval. Él te dice: explícame bien lo que Cataluña, Mariano. Y tú, que sabes a que Trump le gustan las cosas simples y la frase corta, tienes que decirle: Mira, Donald, hay un presidente autonómico, un gobernator, que se presentó a las elecciones escondido en una lista y sin que nadie le conociera; que es de un partido de derechas pero ha sido coronado por una organización de extrema izquierda anti capitalista y anti europea; que estaba en contra del derecho de autodeterminación de los pueblos hasta hace dos tardes; que usa su cuenta oficial de twitter para difundir enlaces a páginas webs clonadas; que hace publicidad de pastelerías;

que tiene a su vera a un ideólogo con gran ambición política y maneras vaticanas; al que apoya una legión de curas que dice que Cristo seguro que habría votado; y un premio Nobel de la paz tunecino que ha resultado que es falso; y un grupo de payeses (¿de qué? de agricultores, Don) que va a sacar los tractores a la calle como demostración de fuerza. "Los tractores…" Ahí, entiéndelo, es cuando Trump suspira. Guarda silencio. Rajoy le mira. Y entonces es cuando Trump le pregunta a Rajoy: "¿Y lo del pato Lucas?" "Ah, dice Rajoy, eso es un barco, para alojar policías, como si metieras a la guardia nacional en un crucero en Montgomery. Si tuviera puerto, claro".

El gobierno de los Estados Unidos venía quedándose, hasta ayer, en decir que esto de Cataluña es un asunto interno de España. Ayer añadió este respaldo al Estado español, al presidente Rajoy y el deseo de que España permanezca unida.

La novedad de estas últimas horas es que se le pregunta al presidente en las ruedas de prensa, no por el referéndum, sino por la posible declaración de independencia en Cataluña. Y que Rajoy aclara, menos mal, que no es él quien va a declararla.

"La decisión de proclamar unilateralmente la independencia no me corresponde a mí, como es evidente, pero creo sinceramente que sería un disparate", afirmó.

Sobre la declaración de independencia la gran familia independentista tiene trifulca interna. Campuzano, que es PDeCAT, dice que aunque ganara el sí no toca.

Pero la CUP replica que por supuesto que hay que declararla.

Turull, el agitador portavoz del gobierno autonómico, dice que le toca hacerla al Parlamento autonómico, pero Forcadell, la agitadora que pusieron al frente de la cámara, dice que al revés, que la haga el gobierno autonómico.

Tuya mía tuya mía. El delito de rebelión son 25 años de cárcel. La independencia que la declare otro. Que la declare Albert Pla y luego diga que era broma.

Cosas que ya han quedado claras:

• Respaldo de líderes internacionales al procés no existe.

Reconocimiento del resultado de ese referéndum tampoco.

• De una supuesta declaración de independencia, aún menos.

Las dos leyes que aprobó el Parlamento catalán no son aplicables.

El Tribunal Constitucional no ha dicho nunca que quepa hacer un referéndum de autodeterminación enEspaña.

Escocia y Quebec difícilmente sirven como ejemplo cuando en ambos casos se respetó el ordenamiento jurídico y las decisiones del Parlamento nacional y los tribunales.

Y el derecho internacional que invoca cada dos frases Junqueras no avala la autodeterminación catalana.

El manifiesto de los catedráticos de Derecho Internacional.