MONÓLOGO DE ALSINA

Monólogo de Alsina: La belleza está en el ojo del que se toma la cerveza

Les voy a decir una cosa.

La frase del día bien podría ser ésta: “La belleza está en el ojo de quien se está tomando la cerveza”. Cuando bebemos, nos vemos a nosotros mismos más atractivos.

Carlos Alsina | @carlos__alsina

Madrid | 13.09.2013 20:15

Esto, que lo sabe cualquiera que haya estado de copas alguna vez con un amigo muy feo, ha sido demostrado ahora científicamente. Profesores franceses de la universidad Pierre Mendes France, un señor que fue primer ministro de ese país, se han trabajado este asunto y han merecido el reconocimiento de esta revista americana que se llama Anales de Investigaciones Improbables y que hace sátira con la ciencia.

Su momento culminante cada año, como saben los oyentes de este programa, es la entrega de los premios IgNobel (los innobles). Uno de los premios de este año ha consagrado este estudio que el jurado resume con la frase: “La belleza está en el ojo de quien se está tomando la cerveza”, o en su versión más técnica, “se cree guapo el que ha bebido”. Cuando estás ebrio tienes una idea de ti mismo -y de cuanto te rodea- distorsionada. Si estás un poco piripi, tiendes a verlo todo más fácil de lo que es. Y si estás con un pedal de órdago, entonces te ves a ti mismo como el rey del mambo, imparable, capaz de conseguir cuanto te propongas.

Esto vale tanto para quien está ebrio por el consumo de alcohol --la clásica borrachera-- como para quien está ebrio de éxito --esta expresión que se usa, borracho de éxito--; por ejemplo aquel que ha organizado una manifestación multidudinaria y que, eufórico por lo bien que ha salido pierde la perspectiva de en qué punto, en realidad, se encuentra. Si exisitiera un premio IgNobel al discurso del año se lo habría llevado Artur Mas por el “jo tinc a dream” (entre Luther King y yo apenas hay diferencias), pero como todavía no hay, han premiado a unos japoneses que han descubierto por que quién bien te quiere te hará llorar y quien corta cebolla, más; es decir, por qué se nos irritan los ojos no al escuchar a Mas pero sí al picar cebolla.

Se sabía que era una enzima, pero ellos han descubierto que sí pero que no, que es una enzima pero no la que se creía hasta ahora.  Interesante: en este día en que una sonda lanzada por el hombre ha logrado llegar, por primera vez, más allá del sistema solar -en rigor cabe proclamar que ¡esta sonda se sale!- al personal lo que le ha fascinado es que se puedan diseñar cebollas sobrias, entiéndase “no lacrimógenas”. Se ha quedado fuera de la convocatoria de este año (éste va para el año que viene) un trabajo presentado en la Conferencia Australiana de Robótica que abre el inexplorado camino de los drones low cost, los aviones no tripulados de bajo coste. ¡Atención, Casa Blanca que esto a Obama le interesa seguro (con lo que es él para los drones)! Se trata de un prototipo de mini dron fabricado ¡en papel! Traducido: un avión de papel de los de toda la vida, con unos sensores y un microcircuito impreso ubicado en el morro. ¡No es guasa, es un profesor australiano!

Algunos proponían, en efecto, que le dieran el IgNobel de la Paz a Barack Obama, por lo de Siria, pero se lo ha llevado Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia. Éste es un señor que siempre gana las elecciones con más del ochenta por ciento de los votos, lo que alimenta las sospechas, muy sólidas, de que eso no son ni elecciones ni nada. Fiel a su convicción profundamente democrática, el presidente tiene prohibido protestar contra cualquier decisión de su gobierno. Hace un par de años rizó el rizo de la censura con la medida que le ha merecido, al final, el premio IgNobel: prohibir que se aplauda en público (no por nada, sino porque siempre que alguien aplaude es a algún acto de la oposición, y eso a Lukashenko, entiéndelo, le incomoda). Su logro más sonado, año 2011, fue encerrar, bajo la acusación de haber aplaudido, a un señor que sólo tenía un brazo. Como dice el analista político ruso Sergei Mikheyev, citado hoy por el Pravda ruso ..otro que tal--, “en Norteamérica pueden hacer muchas bromas, pero Lukashenko es un presidente de lo más efectivo”. Ya te digo: no es fácil demostrar que alguien aplaudía cuando le falta un brazo.

Si el jurado de los premios lo hubiera integrado, en fin, la fiscalía anticorrupción española, igual le hubieran entregado uno a la juez Alaya. A decir de la fiscalía, lo mejor que se puede hacer con el auto que esta semana emitió la instructora de los EREs es reciclar los folios (o enviárselos al australiano para que haga con ellos drones de papel), porque entiende que la juez ha hecho un mal trabajo. Según la fiscalía, las disposiciones que hace Alaya no están fundamentadas en el auto --tiene que empezar por concretar qué posibles delitos está atribuyendo a los aforados-- y lejos de servir para lo que ella menciona (impedir que sufran indefensión al no estar informados de lo que se está instruyendo) consigue todo lo contrario, generar indefensión.

Es decir, que está aplicando mal el artículo que ella invoca. Es la opinión del ministerio público, se entiende que la juez lo ve de otra manera y que habrá que esperar a la respuesta de la Audiencia Provincial, que cuanto antes se produzca mejor porque así sabrán todos a qué atenerse. Se esperan respuestas. Artur Mas tendrá también la suya, se la dará Rajoy, de aquí al lunes. Una vez que ya se ha celebrado la Diada, no hay razón para seguir reteniendo la carta de respuesta. Porque la otra carta, la que envió Mas, es de hace unas cuantas semanas, pero dado que va a tener respuesta negativa ---de referéndum, nada--- ha preferido el gobierno dejarla para después de las movilizaciones, para que no sirviera de estímulo a la movilización (tampoco es que ésta necesitara más estímulos, como se ha visto).

Pasada la Diada, la respuesta está al caer. Se le ofrecerá a Artur Mas todo el diálogo que desee pero señalándole, una vez más, las líneas rojas: no cabe consulta sin el aval del gobierno central, no toca reformar la Constitución y no está en cuestión el modelo territorial.

Es decir, si quieres hablamos de financiación, del reparto del dinero, eso es todo. A Artur Mas la respuesta de Rajoy no parece que le vaya a producir gran sorpresa. Entre otras cosas porque estamos asistiendo a una formidable representación epistolar en la que se mandan y se reclaman cartas los mismos que luego hablan por teléfono o se citan en la Moncloa a escondidas. El diálogo que se va a ofrecer es el que ya se está produciendo. Las posturas del uno y del otro son las que ya conocen los dos porque se las han contado cara a cara no una vez ni dos ni tres, sino cienes y cienes.

Hoy Susana Díaz le ha dicho a Rajoy, sobre Cataluña, que de nada sirve sentarse a esperar a que escampe, porque no escampa. Que seguramente es algo que ella misma ha aprendido viendo a su antecesor, Griñán, quitarle importancia, los últimos tres años, al caso de los EREs --que escampe-- para acabar entregando su cabeza, política, y dejando paso al siguiente --porque no escampa--.