Monólogo de Alsina: "Iglesias trampea"
Carlos Alsina analiza en su monólogo de Más de uno el papel que ha tomado Pablo Iglesias y su lucha contra los medios de comunicación. "Sólo le falta pintarse el pelo de naranja y peinárselo hacia adelante para ser Donald Trump con moño"
Madrid | 18.02.2021 09:15 (Publicado 18.02.2021 08:38)
No parece inteligente protestar porque un tribunal haya condenado a un rapero por enaltecer la violencia saliendo a la calle e invocando su nombre para romper cosas. No parece inteligente porque podría parecer que los seguidores del rapero interpretan que la violencia es aceptable, incluso aconsejable, para conseguir lo que se proponen. Podría parecer, en fin, que tal como dice la sentencia condenatoria el rapero, al banalizar la violencia en sus canciones, incita a otras personas a que la ejerzan.
Los rompecosas que, amparados en la cantinela del antifascismo, la montaron anoche en el centro de Madrid y de Barcelona (contenedores quemados, vehículos destrozados, un concesionario incendiado) le han hecho un flaco favor a Pablo Hasel, al partido que ha pedido su indulto y a decenas de personas que ayer se manifestaron por la libertad del rapero sin romper ni quemar ni atacar nada.
Los socios que ha elegido el PSOE para que le acompañen en esta legislatura –-a saber, Esquerra, Bildu y Podemos, este último cogobernante— han agarrado al vuelo el caso Hasel y pretenden convertirlo en la prueba de cargo contra el Estado por antidemocrático. Mientras el presidente Sánchez persevera en su mudez voluntaria sobre la calidad de la democracia española, a la vicepresidenta Calvo le tocó ayer responder a esta acusación desnortada, y descarada, de un diputado de Bildu.
El mundo que conoce el diputado debe de ser muy pequeño. Dése una vuelta por Cuba, por Irán, por Arabia Saudí, por Siria y comprobará hasta qué punto desvaría. Hay que entender que para el diputado Iñárritu Valtonic, como Puigdemont, también es un exiliado.
Se lo dijo al de Bildu pero se lo podría haber dicho a sus compadres del banco azul, porque Podemos está en la misma tesis.
Para Podemos sólo es normal lo que coincide milimétricamente con lo que ellos defiendan
Para Podemos sólo es normal lo que coincide milimétricamente con lo que ellos defiendan. El resto son todo anormalidades, carencias y pruebas de la baja calidad democrática del país que hace ya un año que gobiernan.
¡Qué gran actor se ha perdido el Centro Dramático Nacional!
Cómo le gusta a Iglesias, por cierto, interpretar el papel de héroe popular enfrentado a los accionistas de las malvadas corporaciones mediáticas. Qué gran actor se ha perdido el Centro Dramático Nacional. Cómo le gusta a este gobernante, miembro ya veterano de la casta, presentarse como víctima de la conjura de los medios. El pobrecito Podemos, tan perseguido, tan calumniado, tan temido. Y tan valiente porque sólo él habla del papel de los medios.
Nada le gustaría más a Iglesias que poder decidir él de qué temas se habla en los programas de la radio y la televisión y de qué temas no, qué opiniones pueden escucharse y cuáles no, quién debe presentar los informativos y quién no debe. Ya se lo dijo una vez a Sánchez, recién investido éste presidente con la moción de censura que le amarró el morado. 'A mí dame RTVE'. Y empezó a levantar el teléfono para ofrecer a periodistas a los que él considera afines la presidencia de la corporación de los medios públicos, ésta que siempre olvida cuando denuncia el tremendo poder que tienen las televisiones... privadas.
Hay que agradecerle al vicepresidente la sinceridad con que manifiesta sus anhelos: si de él dependiera, la vicepresidencia segunda se ocuparía de ejercer la censuraprevia: de este tema no se habla con la excusa de que favorece a Vox; de éste otro tampoco con la excusa de que no está probado. ¿Neurona? No, hombre, qué interés puede tener Neuronapudiendo hablar de Pablo Hasel.
El vicepresidente, fiel a su trayectoria, distorsiona y desinforma. Ni es la primera vez que en el Congreso se habla del papel de los medios ni es el primer gobernante que sueña con atar en corto a la prensa.
Esto que Iglesias llama poder mediático como si fuera una pirámide en cuyo vértice está sentado un banquero es una diversidad de medios con líneas editoriales diversas y directores de programas que seleccionan y ordenan cada día los asuntos como a ellos les parece oportuno. A ver si está confundiendo el funcionamiento interno de los medios con el funcionamiento interno de Podemos.
Nunca había habido tantas cabeceras de diarios distintos como hay hoy. Sujetos todos al cumplimiento del código penal, sólo faltaba. Esto que él llama un poder mediático sin control democrático son televisiones que dependen de una licencia que concede el gobierno ---el gobierno, vicepresidente segundo---, y cadenas de radio que dependen de las frecuencias que adjudican los gobiernos autonómicos –-los gobiernos--.
¿Dónde estaba Pablo Iglesias entre 2008 y 2012, cuando la crisis financiera?
Se pregunta Iglesias qué mecanismos de control tienen los ciudadanos sobre los medios informativos. Pues mire: para empezar, apagarlos. ¿O cree el vicepresidente que alguien obliga a los espectadores a elegir un canal en lugar de otro? ¿O que los suspcriptores de un periódico no han elegido libremente serlo? Sostiene Iglesias que los medios, como son todos propiedad de los bancos (no es eso, por cierto, lo que refleja el accionariado), nunca dirán nada negativo sobre los bancos. ¡Nunca! ¿Dónde estaba Iglesias entre el 2008 y el 2012, cuando la crisis financiera? ¿Cómo supo de los problemas de solvencia, de los test de estrés, de las inversiones inmobiliarias fallidas, de la caída del dividendo si no fue viendo, leyendo y escuchando los medios?
Exacto. Porque los medios hablaron mucho de desahucios, Ada Colau se acabó presentando a alcaldesa. Porque los medios hablaron del 15-M, Pablo Iglesias llegó a ser tertuliano de éxito. Esto que le sirvió a él no quiere que le sirva a Abascal o a Macarena Olona.
Iglesias es la prueba que refuta lo que Iglesias sostiene. Con el mismo poder mediático que ahora tanto le irrita él alcanzó la notoriedad y escaló, tertulia a tertulia e informativo a informativo, hasta donde hoy se encuentra: en el poder ejecutivo. Poderoso y de la casta. No parece que a él le hayan ido mal las cosas.
Sólo le falta pintarse el pelo de naranja y peinárselo hacia adelante para ser Donald Trump con moño.
Tan interesado como está el vicepresidente en preguntar por qué se prescindió de un periodista en una tertulia radiofónica, ya podría responder él por qué echó de su partido al abogado Calvente. No vaya a ser que donde está proscrita la pluralidad y la denuncia sea en la organización de la que él es comandante en jefe. Escuchada su intervención de ayer sobre los medios de información, sólo le falta pintarse el pelo de naranja y peinárselo hacia adelante para ser Donald Trump con moño.