OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Andalucía votó y le pegó un meneo al tablero político de España"

El espejo en el que mirarse. El espejo roto. Visto el resultado de anoche.

@carlos__alsina

Madrid | 03.12.2018 08:13

Andalucía votó y le pegó un meneo al tablero político de España.

Hace veinticuatro horas empezamos por ahí el relato de una noche nunca antes vista: empezamos por subrayar que era la primera vez que los votantes podían expresarse en las urnas después del proceso independentista en Cataluña. Hubo unas elecciones catalanas, 21 de diciembre, que ganó Ciudadanos, pero éstas han sido las primeras en el resto de España. Y la primera medida del efecto que lo que sucedió en Cataluña hace un año tiene en el conjunto del país. Lo que sucedió en Cataluña y lo que sucedióen el Congreso seis meses después, cuando Pedro Sánchez fue investido presidente con los votos, necesarios para que la moción de censura prosperara, del independentismo catalán. El presidente pudo convocar elecciones al día siguiente de ganar la moción, pero eligió permanecer sin convocarlas. Seis meses después, su partido va a perder, por primera vez en la historia, el gobierno de Andalucía. Hace tres años presumió de hacer historia por quedar por delante de Podemos, con el peor resultado cosechado nunca por el PSOE, ahora hace historia de verdad perdiendo, en comunión con Susana Díaz, el poder en Andalucía.

Las elecciones de ayer se resumen en estos ocho subrayados.

1º.- Hay un nuevo partido en el escenario. Vox representa hoy, con la legitimidad de las urnas, a cuatrocientos mil españoles. No es la primera vez que un partido situado a la derecha del PP —en la extrema derecha— está en las instituciones. Sí es la primera vez que tiene tanto respaldo y tanto peso específico. Quienes se propusieron en esta campaña frenar a Vox han fracasado. Lejos de frenarlo, es probable que hayan contribuido a movilizar a sus votantes. En la región con los índices más bajos de prosperidad, los índices más altos de paro y el número más alto de inmigrantes irregulares rescatados en sus aguas.

2º.- Vox ha hecho de la unidad de España su principal bandera. La cuestión territorial. Sostiene que hay riesgo de fractura por culpa de la tibieza del gobierno anterior y el margen de maniobra que se ha dado a los partidos independentistas. Vox es el partido que está persona como acusación en la causa del procés. El que aspira a enterrar la España de las autonomías. El que quiere endurecer el castigo a quienes ultrajen los símbolos nacionales. Es el partido del nacionalismo español. El del “España, primero” y a quien no le guste que se vaya. Su discurso recurre a los mismos clichés que el discurso independentista pero cambiando la glorificación de la Cataluña independiente por la glorificación de la España unida. Tantos años escuchando que el PP era una fábrica de independentistas y ahora son Esquerra, el PDeCAT, Puigdemont, Torra, Junqueras, Rufián, una fábrica de votantes de Vox.

3º.- La izquierda ha fracasado en Andalucía. El PSOE ha perdido 14 escaños. Podemos e IU, en menguante alianza, se han dejado 3. Diecisiete escaños menos de izquierdas en un Parlamento de 109. Los socialistas pierden en cuatro años cuatrocientos mil votos. Podemos pierde doscientos setenta y cinco mil. Castigo a la izquierda que ha gobernado y castigo a la izquierda que ha estado en la oposición. Juntas no alcanzan el 40 % del voto.

4º.- Anoche se terminó Susana Díaz. No va a ser presidenta de la Junta y no se va a quedar haciendo oposición. Hace un año y medio fracasó en el intento de alzarse con el liderazgo nacional de su partido frente a un Sánchez al que acusaba de coquetear con el independentismo, ahora fracasa en el intento de continuar gobernando Andalucía de la mano de un Sánchez que es presidente porque el independentismo le prefirió a él antes que a Rajoy. La presidenta nacida y crecida en el aparato del PSOE, apadrinada por Griñán, por Felipe, por Zapatero, por Rubalcaba, la eficaz propagandista de símisma que había sorteado con habilidad los casos de corrupción y se había envuelto en la bandera de Andalucía —quien me ataca a mí ataca a los niños andaluces— llega al ocaso de su carrera cuando menos lo esperaba. Anticipó las elecciones pensando que sería un paseo militar —sin líderes de peso en los demás partidos— y se ha encontrado con un formidable fiasco.

5º.- El Partido Popular ha jubilado la cantinela de que tiene que gobernar el partido más votado. Cuando el más votado no es él, pero la suma con otros sale para alcanzar el gobierno, se entierran los principios y las esencias. Hoy es el PP el primero en busca el pacto entre perdedores para convertir a Moreno Bonilla en presidente de la Junta. Se ha dejado 7 escaños en el camino y tiene 250.000 votantes menos que hace cuatro años. Pero como le da la suma con Ciudadanos y con Vox para desalojar a la señoraDíaz se ha tomado su notable retroceso como un avance histórico. Sólo dos de cada diez votantes apostó por Moreno Bonilla, pero él se siente la viva encarnación del deseo de cambio que percibe entre los andaluces.

6º.- Ciudadanos ha sobrevivido a su pacto con el PSOE y sale de estas elecciones por detrás del PP pero reforzado. Ha hecho campaña satanizando los cuarenta años de gobierno socialista y los cuatro últimos de Susana Díaz, sin que el electorado le haya pasado factura por haber investido a la presidenta. La tradición decía que el partido que pactaba con el PSOE andaluz acababa engullido y reducido a las raspas. Le sucedióal Partido Andalucista y le sucedió después a Izquierda Unida. Ciudadanos ha sido la excepción. No ha llegado a los veinticinco escaños con los que soñaba, tiene noventa mil votos menos que el PP, pero mantiene su tendencia hacia arriba mientras los dos grandes partidos se desangran y Podemos pierde fuelle. Rivera va a intentar la carambola de hacerse con la presidencia señalando a Vox como partido nocivo y retando al PSOE y el PP a neutralizar su peso parlamentario apoyando un gobierno centrista. En las series de televisión que ve Rivera estas cosas pasan. En la realidad es verdad que pasan menos. Pero cualquiera sabe.

7º.- Podemos ha pinchado en un territorio que le era favorable. Tenía un discurso populista muy asentado, tiene una candidata efectiva y tenía a un PSOE en pérdidas. Pero no sólo no ha crecido a costa de la mengua socialista sino que ha menguado también Podemos. Pablo Iglesias dedicó el noventa por ciento de su discurso de anoche a hablar de lo terrible que es Vox y lo beligerante que va a ser, contra la extrema derecha, la izquierda que él lidera (entiéndase, la extrema izquierda). Después de batallar contra la transición, contra la monarquía parlamentaria, contra los bancos, contra la casta, ahora toma el relevo como estribillo morado la extrema derecha. Se busca acicate que movilice a un electorado venido a menos. Lo esbozó anoche Teresa Rodríguez: la añoranza del 15-M. Los indignados que, a medida que pasa el tiempo, parece que se van desindignando.

Y 8º.- Sólo Pedro Sánchez puede convocar elecciones. Es presidente porque así lo quiso el Parlamento, la mayoría que sumó su partido con Unidos Podemos, los nacionalistas del PNV y los independentistas catalanes. Es presidente, pero carece hoy de apoyo parlamentario para aprobar unos Presupuestos Generales. Podemos, en ausencia de Presupuestos, no garantiza su apoyo. Esquerra Republicana le monta el pollo al gobierno en cada sesión parlamentaria. El PDeCAT, que es Puigdemont, quiere obligarle a tratar a Torra como si fuera un primer ministro extranjero. Rufián le llama carceleroy Turull le monta en prisión una huelga de hambre. Sólo Sánchez tiene en su mano convocar elecciones. Hoy debe de estar pensando si no le irán peor cuanto más tarde.

Por cierto, nota añadida a los ocho subrayados, de las encuestas de Tezanos no se fíe, presidente. A Susana le atribuyó 45 escaños hace quince días. Ha tenido 33. Al PP le daba veinte y ha tenido 33.