Monólogo de Alsina: "¿Qué hará Aragonès cuando Sánchez le diga que no?"
Carlos Alsina reflexiona en su monólogo sobre lo que hará el gobierno de Cataluña cuando le exija a Pedro Sánchez realizar un referéndum de independencia y este se muestre en contra.
Madrid | 07.06.2021 09:01
A dos semanas de que empiece el verano, desde hoy pueden entrar a España viajeros que estén vacunados desde casi cualquier país del mundo. Sólo se quedan fuera aquellos donde están muy activas nuevas variantes, por ejemplo India, por ejemplo Brasil o Suráfrica. Con carácter general, quien haya completado la vacuna hace, al menos, catorce días puede entrar a España sin restricciones. Incluye las naciones de América con las que tenemos un relación más estrecha y un intercambio de viajeros más frecuente (o lo teníamos antes de la pandemia). Es un empuje al sector aéreo, damnificado gravemente por la crisis, y al sector turístico, con permiso de Fernando Simón. Al que esta tarde imagino que se le preguntará por la desautorización, poco disimulada, que en boca de la ministra Darias escuchamos el jueves en este programa.
El calendario del presidente: lo de Susana, lo de Junqueras y lo de la purga
La semana empieza con novedades para el turismo, con anuncio marroquí de que no habrá operación paso del estrecho tampoco este año (sólo permitirá llegadas procedentes de Francia e Italia, Marsella y Génova) y con la vista política puesta en el próximo domingo, cuando coincidirá la protesta contra Sánchez en la plaza de Colón y la protesta ya veremos si contra Sánchez o con Susana Díaz en el PSOE andaluz.
El Presidente confía en superar el próximo domingo la primera meta volante de su hoja de ruta para afianzarse en el trono y salvar los dos próximos años con nota. En el calendario del presidente, y por este orden, aparecen lo de Susana, lo de Junqueras y lo de la purga.
Es decir, la batalla final con Susana Díaz por el control del PSOE de Andalucía (próximo domingo decide la militancia), el perdón de la pena que les queda por cumplir a los condenados por sedición (todavía sin fecha) y la remodelación del gobierno, con una lista tan amplia de posibles defenestrados que a este paso sólo se salvan Sánchez y Yolanda Díaz.
Pedro Sánchez potenciará su perfil personal
Cuenta El Diario que Sánchez está buscando perfiles muy políticos. Que es la manera de decir que González Laya está sentenciada, como Pedro Duque o Reyes Maroto. A Maroto se le ofreció a Gabilondo por si gobernaba, sutil procedimiento de exponer el poco interés que tiene en que siga siendo ministra. Pero lo más sugerente es esto que ha publicado Europa Press: que Sánchez potenciará su perfil personal a partir de otoño. Dice la información que el presidente ha consolidado su perfil institucional y que ahora va a desarrollar una estrategia para dar a conocer un perfil "más humano". Cielos, qué cosas salen de La Moncloa. Atención: Pedro Sánchez se humaniza. Potenciará su cercanía personal. Cálido y empático, como él siempre ha sido. Estos días entrena. La calidez y la empatía con Pere Aragonés, de humano a humano.
El mismo Ábalos que se mostraba implacable contra los líderes del procés por su arremetida contra el Estado hoy los cubre de atenuantes amables
En su nueva condición de re-escritor de la historia, el ministro Ábalos perseveró ayer en su afán por aliviar la responsabilidad que Puigdemont y Junqueras tuvieron en los acontecimientos delictivos de 2017. El mismo Ábalos que en aquellos meses se mostraba implacable contra los líderes del procés por su arremetida contra el Estado hoy los cubre de atenuantes amables. El principal, que si llegaron hasta donde llegaron fue porque el gobierno de Rajoy no les ofreció una salida. Hicieron lo que hicieron porque... qué iban a hacer.
Eran tan pusilánimes, Rajoy, Soraya, Montoro, que el gobierno independentista catalán, empuñando el rodillo de su mayoría absoluta, hizo lo que no había hecho el gobierno central: actuar. Acción política. Es curioso que esto de lo que presume ahora el gobierno de Sánchez ---valor, coraje, determinación, asumir riesgos--- es de lo que presumió el gobierno de Puigdemont para dar el paso que dio. Y alegando lo mismo que ahora dice Ábalos: que es que Madrid no le dejó otro salida.
Pequeño ejercicio de memoria histórica y democrática
Pequeño ejercicio de memoria histórica (y democrática). Soraya Sáenz de Santamaría se reunió varias veces con Oriol Junqueras cuando ella era vicepresidenta y él, consejero de Economía. Entonces no se les llamaba a estas reuniones bilaterales, como se va poniendo de moda ahora, pero consistían en que los dos gobiernos se veían para demostrar que el diálogo era el camino. De hecho, los medios lo bautizamos así, como ‘operación diálogo’. La última reunión fue en enero de 2017, en Barcelona.
Como se ve, el diálogo y el entendimiento no son objetivos nuevos en nuestra vida política. El gobierno catalán había planteado a Rajoy ---con Artur Mas primero y con Puigdemont después--- una lista de 46 puntos para negociar. Así lo contó La Vanguardia a primeros de aquel año: el gobierno de Rajoy quiere hablar de todos ellos salvo uno, el referéndum de independencia. Que Junqueras llamaba ya entonces el referéndum pactado, no hay nada nuevo en que ahora lo llame también así Pere Aragonés. ¿Qué le dijo Soraya a Junqueras en aquella reunión de Barcelona? Pues que podían hablar de todo menos de un referéndum que atentaría contra los derechos del resto de los españoles.
Esto mismo, por cierto, es lo que dijo Meritxell Batet cuando la nombraron ministra de Política Territorial: de los 46 puntos, todos pueden hablarse menos uno. El referéndum ilegal. Y que es lo mismo que dijo aquí Salvador Illa hace sólo veinte días: "Es un planteamiento divisivo. Ellos pretenden seguir dividiendo a la sociedad catalana".
¿Y qué le dijo Junqueras a Soraya cuando ésta le reiteró que la autodeterminación no era posible? Pues que de los 46 puntos el que de verdad les importaba era ése. Tanto, que si Rajoy no se resignaba a pactarlo lo harían ellos por su cuenta.
Y eso fue lo que sucedió, que lo hicieron, sabiendo que era inconstitucional y que suponía un ataque al resto de los españoles. Que lo queremos pactado, pero que si no hay pacto lo queremos también y lo hacemos. Hoy se nos está contando que este término, pactado, es la prueba de que Pere Aragonés está por la distensión y el diálogo. Tendremos ocasión de comprobarlo en cuanto Sánchez le responda a la petición de referéndum. ¿Si le dice que no puede ser, se lo tomará el independentismo como un gesto de indolencia, de inacción, de pusila-ni-midad, que diría Ábalos?
PereAragonès tiene declarado que va a exigirle al Gobierno, otra vez, el referéndum de independencia. Como prueba de la voluntad de concordia, de entendimiento y de diálogo
El señor Aragonés tiene declarado que va a exigirle al Gobierno, otra vez, el referéndum de independencia. Como prueba de la voluntad de concordia, de entendimiento y de diálogo. Y su segundo en el gobierno, que se llama Puigneró y es portavoz de Carles Puigdemont, matizó ayer que la vía unilateral no está descartada. Que preferimos pactar un referéndum (que sabemos que no hay manera legal de pactar) pero que si nos dicen que no, siempre podemos hacerlo otra vez por nuestra cuenta.
Hoy el gobierno nos explica que no debemos darle mayor trascendencia a estas declaraciones bravuconas porque están dirigidas a tener satisfecha a la parroquia indepe pero no reflejan la realidad de lo que piensan. Ojalá acierte. Porque justo eso es lo que predicaba Soraya sobre su interlocutor favorito, Oriol Junqueras. Hasta que éste empezó a preparar las urnas y ella comprendió en qué consiste para él el diálogo.