Marta García Aller: "Europa contiene la respiración hasta que Meloni pase a la acción"
Marta García Aller reflexiona en 'Más de uno' sobre la victoria de la ultraderechista Meloni en las elecciones en Italia.
Europa contiene la respiración con la victoria de Giorgia Meloni en Italia. También Peppa Pig. Esta cerdita rosa de dibujos animados es una de las enemigas del partido de Meloni. Fratelli d’Italia pidió hace unos días en el Parlamento Italiano la censura de un capítulo de Peppa Pig en el que aparece una osa polar llamada Penny que tiene dos padres del mismo sexo. El partido de la previsible nueva primera ministra de Italia está contra las familias de osos polares del mismo sexo. Y de las de humanos también.
La victoria de Meloni supone el Gobierno de la derecha más radical en Italia desde que terminó la Segunda Guerra Mundial. Estaríamos hablando más de que es la primera mujer primera ministra de la tercera economía europea si no fuera también la primera con un partido de origen neofascista que ella misma fundó en 2012, inspirado en el Movimiento Social Italiano de los partidarios de Mussolini. Su partido es anti-inmigración, de conservadurismo social extremo y, como poco, euroescéptico.
Cómo no va a contener la Unión Europea la respiración si en 2014 Meloni pedía que Italia abandonara el euro. También ese año se opuso a las sanciones contra Putin tras la anexión de Crimea, pero ahora se ha hecho fan de la OTAN. En 2019, rozaba el 4% en las encuestas. Ahora, si el escrutinio se confirma, roza la mayoría absoluta.
Meloni ha ganado apoyos estos años mientras viraba hacia posiciones más moderadas, pero viene de tan lejos que no está claro dónde está exactamente. La esperanza en la UE es que mientras espera el fondo de recuperación, no quiera poner en peligro las relaciones con Bruselas y cumpla las normas comunitarias.
Sin embargo, con Meloni al frente de Italia Europa cambia. Italia ya no será parte entusiasta del equipo de los pesos pesados liderado por Francia y Alemania, en el que también a España le gusta incluirse. Con Meloni, es muy probable que Roma se entienda más con Varsovia y Budapest. Y ahora que el Parlamento Europeo duda siquiera que Hungría sea una democracia eso no es una buena noticia precisamente. Ni para Pepa Pig ni para la democracia.
¿Moraleja?
Europa contiene la respiración hasta que Meloni pase a la acción.