Marta García Aller: "Quiera Sánchez o no quiera, este final de campaña lo eclipsa la trama mojaquera"
Marta García Aller reflexiona sobre cómo el fraude electoral por la presunta compra de votos en varios municipios está eclipsando el final de la campaña electoral y afectando al PSOE.
Acaba la campaña electoral y lo hace de una manera de lo más inesperada. Quién le iba a decir al presidente Sánchez que la campaña que empezó hace 15 días con los focos en Washington, con Biden, iba a acabar en Albudeite, con la detención de una concejala socialista. Del brillo de la Casa Blanca a la oscura trama de un rincón de Murcia.
Ha sido una operación antidroga lo que por lo visto ha destapado una trama para la presunta compra de votos en este pequeño municipio murciano con 13 detenidos, entre ellos la candidata a la Alcaldía por el PSOE. Y hay más líos en la recta final de la campaña.
También está la trama de Mojácar, donde la Guardia Civil sospecha que una red compraba votos por correo para el PSOE a cambio de 100 euros o un contrato de trabajo. Y también ha saltado otro escándalo en Melilla. Allí la presunta compra de votos implica a Coalición por Melilla.
Estos casos, claro, han dado un vuelco a la cobertura de la campaña electoral. Los periodistas hemos pasado de rastrear promesas electorales de mitin en mitin a seguirle la pista a los agentes de la UCO de pueblo en pueblo.
Y es verdad que son casos aislados, en unos pocos municipios, de los más de 8.000 en los que se celebran elecciones. Pero es inevitable preguntarse si habrá más. La Guardia Civil ha desmantelado estas tramas a tiempo y no hay ninguna prueba que vincule el goteo de supuestos casos de compra de votos con los partidos a nivel nacional.
Pero una cosa es que no haya vinculación alguna y otra que sea inevitable que las tramas locales eclipsen el final de una campaña de autonómicas y municipales que Moncloa intentó por todos los medios que fuera lo más nacional posible.
Estos presuntos fraudes electorales en Melilla, Albudeite y Mojácar no tendrán nada que ver con Sánchez, pero es que Sánchez ha puesto tanto empeño en protagonizar esta campaña que ha puesto muy difícil que ahora todo lo local no le afecte. Es el riesgo de haber estado hasta en la sopa en esta campaña electoral. Que si la sopa se enturbia también le salpica.
¿Moraleja?
Quiera Sánchez o no quiera, este final de campaña lo eclipsa la trama mojaquera.