LA PRIMERA DE LA MAÑANA

Marta García Aller: "No va a hacer falta esperar a que llegue Trump a la Casa Blanca para ver un cambio en la política estadounidense"

Marta García Aller reflexiona en 'Más de uno' sobre la decisión de Biden de levantar la prohibición a Ucrania para defenderse con misiles de largo alcance contra Rusia.

Marta García Aller

Madrid |

Pues parece que no va a hacer falta esperar dos meses a que llegue Trump a la Casa Blanca para ver un cambio en la política estadounidense. Al menos en lo que a la guerra de Ucrania se refiere. El presidente Biden va a levantar la prohibición a Ucrania para defenderse con misiles de largo alcance contra Rusia.

La única reacción por el momento viene de políticos rusos que advierten de que esto provocará una respuesta inmediata de Moscú y acusan a Occidente de escalar la guerra. Pero de poco sirve saber que un subdirector del comité de asuntos internacionales ruso llamado Vladimir Dzhabarov dice que "este es un gran paso hacia la tercera guerra mundial". Porque en Rusia lo único que importa es lo que diga Putin. Y Putin todavía no ha dicho nada.

Aunque meses atrás sí lo dijo. Dijo que si esto pasaba, si se autorizaba a Ucrania a usar estos misiles, lo vería como una participación directa de la OTAN. Y que, por tanto, cambiaría la naturaleza del conflicto. Pero claro, el conflicto estaba cambiando ya desde que Corea del Norte envió 10.000 soldados para apoyar a Putin contra Ucrania. Así que el mensaje de Biden lo es también a Kim Jong Un. Y es la forma de apoyar a Zelenski para conservar territorio amenazado y estar en mejores condiciones de negociar con Putin.

Entre tanto, ayer mismo se produjo uno de los peores ataques rusos desde que empezó la guerra, un misil ruso contra un edificio de viviendas mató a diez personas. Y 120 misiles y 90 drones atacaron la red eléctrica ucraniana. La energía en Ucrania escasea cada vez más de cara a un invierno cada vez más difícil.

Y mientras Rusia sigue bombardeando Ucrania, Europa no se pone de acuerdo. El alemán Scholz defiende que hizo bien en llamar al Kremlin. Y el primer ministro Polaco, Donald Tusk, que tiene la guerra más cerca, dice que nadie va a detener a Putin con llamadas de teléfono. Eso incluye a Trump.

¿Moraleja?

No está claro cómo afectará esto a la guerra, pero la reacción de Putin aterra.