Marta García Aller: "Por fin se acaba este desastre de campaña que no se merecía España"
Marta García Aller hace un balance sobre la campaña electoral que acaba hoy, una campaña marcada por la improvisación y los cambios de estrategias en los partidos.
No sé si esta ha sido la peor campaña de la historia, puede ser, pero seguro ha sido la más improvisada. Entramos en ella nada más votar en mayo y, a vista de lo sucedido, está claro que a los partidos no les ha dado tiempo a pensar una estrategia. La mejor prueba es que han utilizado tres o cuatro. Cada uno.
El PSOE por ejemplo, empezó la derrota del 28M cargando contra los medios y acabó convirtiéndolos en el eje central de la campaña con un maratón de entrevistas del presidente. Solo le ha faltado salir en el programa de Arguiñano. En vez de programa electoral, el PSOE se ha centrado en los programas de televisión. Y de radio, que aquí empezó todo. Sin la pregunta al presidente por las mentiras, la campaña habría sido otra. Y de intentar que Sánchez le caiga bien a la gente que no sabe si votarle, el PSOE ha pasado a centrarse en que Feijóo caiga mal. Y de plantear el ticket con la vicepresidenta Calviño, Sánchez ha pasado a rescatar su tándem con Yolanda Díaz, que le disputa a Vox la tercera posición.
La campaña de Sumar ha sido aún más confusa. Era difícil que no lo fuera teniendo en cuenta que el partido no había ni terminado de armarse cuando Sánchez adelantó las elecciones. De la campaña en positivo, a futuro, proponiendo medidas como la herencia universal a cargar contra Feijóo por sus fotos de hace 30 años con un amigo delincuente.
El PP, por su parte, ha intentado que no se le note que su mayor objetivo esta campaña era que pasara lo más rápido posible. Le había salido tan bien la anterior, la de mayo, que esta solo podía hacérsele larga. De hecho, han sido los ecos de las anteriores elecciones, en forma de pactos con Vox lo que más la ha marcado. Bueno, y el cara a cara al que no quería ir.
Así que lo mejor de esta campaña electoral es que hoy se acaba. Lo peor, que a la espera de ver qué sale el domingo de las urnas y si se puede o no formar Gobierno, no sabemos si será la última.
¿Moraleja?
Por fin se acaba este desastre de campaña que no se merecía España.