CON JAVIER CANCHO

#HistoriaD: Un viaje en el tiempo médico

Es posible que lo más revolucionario de la Historia de la humanidad hayan sido los avances en medicina. Pensemos, por ejemplo, en la anestesia. Javier Cancho repasa algunas de las mejorías en este ámbito.

Javier Cancho

Madrid | 10.05.2023 06:19

Estamos en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Central de Asturias. El sonido que han escuchado es el de un paciente respirando por un ventilador mecánico. Sin en ese mecanismo, el paciente estaría muerto.

Ya saben que en este tipo de lugares se atienden casos en situación crítica. Y cada vez son más los que sobreviven a su estancia en las unidades de cuidados intensivos. Casi el 90 por ciento de quienes pasan por las UCI sobreviven, se convierten en pacientes crónicos.

Lo que estamos escuchando ahora son latidos cardíacos fetales, tal y como se escuchan en la región del cordón umbilical. La sanidad ha llegado a ofrecer una atención personalizada incluso antes del nacimiento. Desde el principio de los tiempos, los avances médicos han llegado tras la existencia previa de condiciones políticas y económicas favorables. En la historia de la curación, puede comprobarse que donde hay curiosidad, determinación y aprendizaje, es donde siempre permanece la esperanza.

La Historia de la Medicina es un relato de la evolución humana. Reparemos en una de las mejores ideas que que se hayan tenido jamás. La idea de rehidratar por vía oral, ese tratamiento que suena muy a hospital, va camino de cumplir su cuarto milenio. Existen manuscritos con 35 siglos de antigüedad que recomiendan administrar una abundante cantidad de agua tibia con sal gorda disuelta y melaza o agua clara combinada con gachas de arroz.

Los humanos nos hicimos sedentarios para cultivar campos de trigo. Diez mil años después de aquello, hoy, cultivamos tejidos. La invención del cultivo de tejidos criados en laboratorio está relacionada con un tercio de los últimos 50 premios Nobel de medicina.

La voz que están escuchando es la de un Nobel de Medicina. Alexander Fleming iniciaba así un discurso en el hospital de Westminster, en Londres. Era el año 1954. Unas décadas atrás, hace 100 años, Alexander Fleming le habló al mundo -por primera vez- del potencial de la penicilina para matar bacterias.

Durante la Segunda Guerra Mundial, se logró una producción en masa, a precios asequibles, lo que permitió proteger a los soldados de las infecciones de las heridas, pero también de enfermedades de transmisión sexual. Los antibióticos transformaron la atención médica.

Los médicos están convencidos de algo: piensan que ninguna situación es tan grave que sea susceptible de empeorar. Los médicos creen en las mejorías. La cuestión es: después de tanta mejoría, a estas alturas del mundo, ¿somos demasiados humanos en este planeta? ¿Somos, acaso, una plaga para la Tierra?

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