"La detención de nuestro barco se produce, sorprendentemente, cuando habíamos rescatado a 218 personas y solicitamos permiso a Italia para descargarlos (y nos dieron ese permiso)", cuenta.
Asegura que "llevamos más de año y medio obedeciendo las órdenes de Roma y siempre hemos trabajado en Italia sin problemas". Además, confiesa que "desde 2016 hay una campaña de desprestigio contra las ONG. Nos han acusado de relación con el narcotráfico, por ejemplo. Todo esto tiene el aspecto de ser algo político, no penal".