El gigante gasístico ruso Gazprom ha suspendido hoy hasta el 3 de septiembre el suministro de gas a Alemania por el oleoducto Nord Stream para realizar labores de mantenimiento. Ante este cierre, el efecto directo que se produce es la subida de precios en el gas.
La normalización del precio del gas pasaría por volver a la situación que existía anteriormente. "Sería volver a una relación amistosa entre Europa y Rusia para que el gas ruso fluyera", explica Eloy Sanz, doctor en ingeniería química e investigador de la Universidad Rey Juan Carlos, que reconoce que el hecho de que eso ocurra es "bastante inverosímil".
Ante el histórico encarecimiento del precio de la energía la mayoría de países occidentales están tratando de reducir drásticamente su dependencia del gas ruso.
En este contexto, Estados Unidos se ha convertido en el primer suministrador de gas natural a Europa, con el problema de que ese gas viene por barco, lo que encarece más el precio que si viniera por gasoducto.
Ayer Francia confirmó que se comprometía a examinar el proyecto del gasoducto con España conocido como MidCat y que conectaría la península con el resto de Europa.
"Esto conseguiría mantener un poco mejor la garantía del suministro", sostiene Sanz aunque puntualiza que esa interconexión "hubiera venido bien si ya estuviese construida".
Por este motivo, Sanz considera que se trata de "un parche" que no solucionará la falta de suministro de gas hasta dentro de tres inviernos:"de cara a este invierno, obviamente no sirve, y de cara la invierno que viene posiblemente tampoco sirva".