La embajadora de España de la Santa Sede: "El mundo sufre una gran pérdida, el Papa es un hombre irrepetible"
Con motivo del fallecimiento del papa Francisco hablamos con Isabel Celaá, Embajadora de España ante la Santa Sede y antigua ministra de Educación y Formación Profesional.

Ante la noticia del fallecimiento, Isabel nos asegura que siente una gran tristeza al tener que decir adiós a un Papa que considera irrepetible en su estilo. Nos cuenta que, para ella Francisco ha sido una figura gobernante que ha sabido ejercer muy bien su autoridad y ha sido capaz de enfrentarse a todos los desafíos contemporáneos que estaban presentes que debían mirarse desde muchos puntos de vista diferentes y hacerles cara, como son el cambio climático, los abusos a menores o el reciente auge de la inteligencia artificial. Dice que, esto no hubiera sido posible si no fuese una persona experimentada que ha tenido que enfrentarse a momentos duros como la argentina militarizada de unas décadas atrás.
Ha sido una persona valiente y con experiencia, cosa que se notaba, al haber tenido que vivir momentos muy duros en la Argentina militarizada de los años 70
Además, confirma que siempre ha sido una persona muy fiel a sus creencias, aunque eso implicase discrepar con muchos gobiernos a la hora de defender su posición.
¿Qué ha quedado por hacer?
Ahora se abre una nueva etapa, y se deben ver cuáles son las prioridades a cubrir y cuáles se han quedado pendientes. Una de las principales que al papa Francisco le hubiera gustado tratar más era todo aquello que implicaba una mayor presencia de las mujeres en puestos de mucha responsabilidad, como en los Dicasterios, dónde se ha avanzado mucho. Isabel cuenta que hace unos años era impensable que personas como Raffaella Petrini haya sido nombrada presidenta de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano.
Otros aspectos que le hubieran gustado seguir tratando eran los relacionados con abusos a menores y la acogida de todas las personas en la religión, independientemente de su ideología política u orientación sexual.
La sonrisa era fundamental
Celaá nos cuenta la gran importancia que tenia el gesto de sonreír para él, porque lo identificaba como una expresión de acogida, cariño y amor. Comparte que, a todas las personas que acudían a la casa desde distintas sedes para verle (independientemente de que fuesen creyentes o no) los recibía con una sonrisa, sentido del humor y cariño.
Sostiene que el día de hoy todo el mundo ha sufrido una gran pérdida, y que un hombre con los valores que ha transmitido él va a ser muy difícil de volver a encontrar.
Es un hombre irrepetible, no se ha encerrado en la teología, sino que ha gobernado el mundo que le tocaba vivir