¿Se puede innovar en la gestión del agua?
Hablamos con Lucas Jiménez, presidente del sindicato de regantes Tajo-Segura tras la aprobación del Consejo de Ministros del Perte, que destinará 1.700 millones para una gestión más eficiente y sostenible de agua.
Según datos de la FAO cerca del 70% del agua en España se dedica a la agricultura, hoy el Consejo de Ministros ha aprobado el Proyecto Estratégico para la Recuperación y la Transformación Económica (Perte) de la Digitalización del Ciclo del Agua con ayudas de 1.700 millones de euros hasta 2023 para una gestión más eficiente y sostenible de este recurso en ciudades, agricultura e industria.
El presidente del sindicato de regantes Tajo-Segura explica en 'La brújula' que España sea escuela de otros países implica que se ha hecho durante muchísimos años un buen uso racional del agua, ya que ese sector no está acostumbrado a subvenciones. "Hemos tenido que adaptarnos rápidos a un medio donde la escasez de agua es permanente".
Además, explica que la fórmula de futuro será "trabajar en condiciones climáticas cada vez más complicadas, con menos recursos de agua" por lo que tendrán que aprovechar el agua que llegue al territorio, algo que ya hacen. "Estamos acostumbrados a aprovechar el 100% del agua que sale de las depuradoras de abastecimientos".
A la hora de pensar en la gestión del agua, para consumo humano y para el riego de los alimentos, tienen de referencia el cambio climático y el crecimiento de la población. "El agua se va a convertir en un bien prohibitivo por lo que la producción alimentaria va a tener que adaptar toda su imaginación y empeño en generar mecanismos que aprovechen el más mínimo de agua, es decir un ejemplo de economía circular".
Jiménez explica que el Tajo-Segura de momento el agua va llegando y lo que le preocupa es el horizonte de planificación hidrológica que tienen encima y, sobre todo "lo que el Ministerio decida hacer con nosotros".
"En temas de planificación hay que buscar un equilibrio, que es muy difícil de mantener entre lo que es el buen estado de las masas de agua, que es lo que reclamamos pero también respetar los usos sociales y económicos que se tiene del agua. Hoy ese punto de equilibrio está en contra nuestra y lo ha perdido el Ministerio de una cierta radicalización ideológica", finaliza.