La carta de Ónega a María Jesús Montero: "Tuvo que defender sus cuentas desde el castigo de tener que escuchar que lleva a este país a la ruina"
Fernando Ónega dirige su carta a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tras su primera defensa en el Congreso del proyecto de Presupuestos del Estado para 2022
Buenas noches, María Jesús Montero, ministra de Hacienda y muy conocida de la tele, de los tiempos en que fue portavoz del Gobierno. Le escribo porque este miércoles probablemente fue el día más duro para usted de todo el año, suponiendo que un ministro o una ministra de Hacienda tenga un día fácil. Son tiempos complicados para gestores de dineros públicos.
En su despacho caen los gastos imprevistos e imprevisibles de las desgracias naturales, desde las inundaciones al volcán de La Palma; la financiación autonómica, que no hay mago que la sepa reconducir; los demás ministros, que no paran de reclamar, porque muchas son las necesidades y escasos los recursos; los ayuntamientos, que se quedan sin el maná de las plusvalías; Díaz Ayuso y sus rebajas fiscales que usted quiere suprimir, pero sin convertirla en mártir que deje al PSOE sin votos en Madrid; el nivel de recaudación, con el que usted debe soñar, como Zapatero soñaba con la prima de riesgo; y, para animar el cuadro, los ricos muy ricos de la lista de Forbes, cuyas cantidades, aunque conocidas, deben herir los sentimientos de una ministra socialista. ¿Están todos controlados?, le habrá preguntado si director de la Agencia Tributaria.
Pero hoy, señora Montero, fue esa fecha señalada en que usted tuvo que defender sus cuentas. Lo hace desde la seguridad de que serán aprobadas, pero desde el castigo de tener que escuchar que lleva a este país a la ruina. Todo el trabajo de un año, sometido al examen urgente, despiadado y a veces demagógico de la oposición, en busca del error que la suspenda.
Estos Presupuestos son la clave de la recuperación
Sola ante esos ataques y defendida por algunos cuya defensa no debiera necesitar el Estado español. La imagino a esta hora ebria de números y desbordada de palabras. Y de todo lo que dijo, me quedo con dos frases: una, que estos Presupuestos son la clave de la recuperación. Otra, que son un antídoto ante el populismo. La primera es de ritual: la ministra de Hacienda no puede decir otra cosa. La segunda excita mi morbo: al hablar de populismo, ¿pensaba usted en otras ministras, todas mujeres, socias de coalición? A lo mejor, quién sabe, al populismo no se le gana en las urnas; se le derrota con la política fiscal.