La falta de vivienda a precio asequible, sea en alquiler o en propiedad, está provocando la salida de ciudadanos en las dos grandes urbes de España: Madrid y Barcelona.
En 2023 se dieron de alta en el censo de Madrid 87.000 personas procedentes de otros municipios de la región y del resto de España. Al tiempo, causaron baja otros 108.000 que se iban a otras ciudades españolas. El saldo de estos movimientos es una pérdida de 21.000 habitantes para Madrid y 7.500 para Barcelona.
Esta pérdida de población se compensa exclusivamente con la llegada de extranjeros. El informe del Ayuntamiento de Barcelona es muy claro al señalar el coste de la vivienda como gran causa de estos movimientos migratorios.
Los grandes beneficiarios están siendo las ciudades y provincias que rodean a Madrid y Barcelona, especialmente Toledo y Guadalajara, cuya población crece al ritmo del doble del conjunto de España.
Después de décadas absorbiendo habitantes de toda España, Madrid y Barcelona están pasando a ser los grandes proveedores. Esto mismo terminará pasando a ciudades como Málaga o Sevilla.